Jonás Peterson, director del Instituto Nacional de la Yerba Mate

Uno de los ámbitos donde el DNU impulsado por el Gobierno nacional impactó fuertemente fue en la industria de la yerba mate. Particularmente, se derogaron dos leyes que regulaban la radicación y creación de establecimientos para la instauración de un Régimen de Envasado en Origen; mientras que también se establecía el funcionamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).

Jonás Peterson, director del INYM, explicó en comunicación con Radio Urbana que las modificaciones planteadas por el Gobierno «buscan favorecer la alta rentabilidad del industrial grande, dejando de lado al pequeño y mediano productor. Somos 12.000 pequeños productores en la Argentina que manejamos la enorme mayoría de materia prima en el país, pero la compra se concentra en 108 empresas industriales, donde las cinco más grandes compran más del 50% de la materia prima total. Sin el Instituto de Yerba Mate como mediador, el sector industrial pone las reglas del juego y el sector productivo pierde sus facultades».

«Apostamos a la caída del DNU, es una situación inaceptable. Más allá de eso, hay un amparo en el Tribunal Federal de Misiones para dejar afuera esta sección del decreto. Hablamos con diputados de Misiones e incluso fuimos a Buenos Aires antes que se trate en el Senado, queremos ir de vuelta para hablar con la mayoría de los diputados» Jonás Peterson.

Peterson detalló que «si bien el DNU no elimina el Instituto, le plantea una mirada diferente. Surgió para ayudar al pequeño y mediano productor, y esto le hace perder su función de mantener el equilibrio entre todos los que formamos parte de la cadena productiva yerbatera y ganemos equitativamente. Sumado a esto, las industrias quieren evitar que el INYM controle la calidad del producto. Si alguna empresa importa Yerba Mate de Brasil con metales pesados, los incorpora a su paquete y los vende como industria nacional. Nosotros cuidamos la calidad del producto argentino, pero las industrias quieren hacer plata inmediata y no les importa, hacen su negocio dañando el mercado».

Repasando la historia del ente, el productor marcó que «el Instituto nació en el año 2002 después de la crisis de los ’90, donde los productores yerbateros terminamos cortando las rutas peleando por un precio justo y que se regule la actividad; allí surge la ley que le dio vida al Instituto. El DNU quiere modificar esta ley, quitándole justicia y equilibrio a la actividad. Plantea quitar la facultad de fijar el precio a la materia prima, nos quita la posibilidad de fomentar las cooperativas y el asociativismo, nos quita la mirada sustentable por una mirada competitivas».

«A nosotros nos pagan $370 el kilo de yerba mate, teniendo en cuenta que la deshidratación lleva 3,8 kilos de planta para generar uno de Yerba Mate. Después en góndola estas empresas venden el kilo a $3.500 – $4.000, dependiendo la zona» Jonás Peterson.

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