La Consultora Zuban Córdoba & Asociados difundió un Informe Especial con ese título referido a las “Reflexiones sobre el estado ideológico del país”. El trabajo fue realizado del 10 al 12 de octubre último, entre 1.400 casos.
«La mayoría dice estar a favor de la política. Quienes se identifican como «anti-política» siguen siendo minoritarios», explicó Ignacio José Muruaga en Radio Urbana.
Según el informe que acaba de difundir Zuban Córdoba, un 26,1 por ciento de los consultados se identifica con algunas de las variantes de izquierda (entre extrema izquierda con 1,1 por ciento; izquierda con 8,1; y centroizquierda con 16,9 por ciento); un 18,2 por ciento se reconoce en el centro; casi el 40 por ciento adhiere a la derecha (18,5 por la centroderecha; 16,9 por la derecha; y 4,4 por ultraderecha); y el 15,8 no sabe o no contesta.
Paradójicamente, el 71,9 por ciento se declara a favor de la política, en contra del 22,2 por ciento que la rechaza y el 5,8 que se muestra prescindente. De este panorama, podría inferirse que todavía existe una malla de contención y representación política fuertes y que lo que opera, en todo caso, es la fragmentación.
Puestos frente a la disyuntiva de manifestarse más o menos lejanos de ideas o conceptos, un 60,2 por ciento admitió su proximidad con el capitalismo y un 49,5 con el liberalismo económico. El peronismo y el feminismo cosecharon casi idénticos porcentajes de lejanía o refracción, alrededor del 53 por ciento, pero sus guarismos negativos son similares e incluso menores que el rechazo al radicalismo (54 por ciento); el macrismo (58,3 por ciento); libertarios (55,8 por ciento); y el kirchnerismo (61,5 por ciento). Más arriba que la fuerza social que lidera Cristina Kirchner solo trepan las nociones de marxismo y comunismo, que acreditan 71 y 77 por ciento, respectivamente.
Párrafo aparte, merece la distancia que manifiestan los encuestados frente a la idea de machismo: el 80 por ciento se ubica lejos de él. La matrix estallaría si no se concediera que las respuestas recogidas provienen de personas de carne y hueso, con contradicciones e inconsistencias ideológicas en la elaboración de sus juicios y la percepción de los problemas, pero también reflejan que abundan individuos que perciben una hostilidad equivalente entre las prácticas machistas y las luchas feministas.