Hoy se celebra la nochebuena, vísperas de la navidad y la mayoría de las organizaciones sociales y barriales se encargaron de garantizar el acceso a la alimentación en esta fecha festiva. En el marco del año pandémico que han sido la primera línea de atención social para los vecinos y vecinas. Hablamos con Héctor Arismende, cura de la Parroquia San Juan Bosco del Barrio Noroeste: “Hemos celebrado la generosidad de mucha gente en este tiempo difícil de pandemia, que fue otro modo de vivir la fe. Durante este tiempo estuvimos asistiendo a 250 familias cada 15 días con un bolsón de alimento».
Arismende explicó que para estas fiestas lanzaron una propuesta a la comunidad salesiana de la ciudad, para recolectar alimentos para la canasta navideña: «Recibimos 300 donaciones que pudimos hacer llegar a las familias. En marzo nos organizamos en la mesa de crisis del Noroeste y fue muy bueno el trabajo con el delegado Martín Aguirre. Cuando cambió el delegado, se puso tensa la relación. Ahora la delegación se retiró de esta mesa de crisis y asumieron ellos algunas tareas que organizábamos entre todos. Entran recursos de la Municipalidad pero se distribuyen a discreción del delegado».
La parroquia se encargó durante la pandemia, con recursos propios,de garantizar la alimentación en varias familias porque el aporte del Estado municipal fue escaso :»En su momento 3.700 familias estaban inscriptas para recibir los bolsones en sector. Con este cambio a tarjeta hubo mucha gente que la dejó de recibir. La pandemia vino a dejar en descubierto una situación de extrema pobreza, la emergencia ya estaba. Hay una necesidad habitacional muy grande, el déficit es muy importante. Se necesita una respuesta concreta y eficaz de parte del Estado».