El ministerio de Salud de la Nación confirmó este domingo que se detectó el primer caso sospechoso de viruela del mono en la Argentina.
Según indicaron desde la cartera que conduce Carla Vizzotti se trata de un hombre que vive en la ciudad de Buenos Aires y se encuentra aislado.
El bioquímico, Guillermo Docena, precisó en Total Normalidad que «es una enfermedad que existe hace mucho, todos los años produce más de mil casos en África».
Sin embargo, «cuando empiezan a darse contagios fuera de África siempre se encienden las alarmas» afirmó y explicó que no se trata de un nuevo virus, “siempre estuvo, por la interacción del animal con el hombre. Pero este virus muta menos que el del coronavirus. Por eso hay que estar atentos, porque puede cambiar”.
Además, contó que si bien “se transmite poco entre humanos. El contagio es por líquidos, a diferencia del covid. El virus está en el líquido de las ampollas de la piel, se contagia cuando se entra en contacto. La enfermedad empieza como una gripe, una inflamación de ganglios y cuando hay lesión en piel hay que sospechar y hacer estudios para comprobarlo».
Aunque la viruela del mono no es excesivamente contagiosa y tampoco peligrosa para quienes la contraen, las autoridades sanitarias han preferido tomar precauciones.
Es necesario evitar cualquier contacto con roedores y primates y, en segundo lugar, limitar la exposición directa a la sangre y la carne, y cocinarlos a fondo antes de consumirlos. Durante el manejo de animales enfermos o sus tejidos infectados, y durante los procedimientos de matanza, deben usarse guantes y otra ropa protectora adecuada.
Entre los síntomas destacados se incluyen:
- Fiebre;
- Dolores musculares;
- Inflamación de los ganglios linfáticos;
- Erupción llamativa en la piel, similar a la varicela.
Según detallaron, el ciclo de la enfermedad podría comenzar con el aumento de la temperatura corporal, para continuar con dolores de cabeza y musculares, dolor de espalda, escalofríos, inflamación de los ganglios linfáticos y agotamiento.
El período de incubación suele ser de 7 a 14 días, pero puede oscilar entre 5 y 21 días, informan los de la CDC. La enfermedad suele durar entre 2 y 4 semanas.