Guillermo Cleti, director del Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe

Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, insistió en las últimas semanas con su intención de crear dos empresas estatales importantes en el ámbito de la salud: se trata de la «Empresa bonaerense de Emergencias en Salud» y el «Centro de Industria Farmacéutica Bonaerense». ¿Cómo podría funcionar una empresa de fabricación de medicamentos gestionada por el Estado provincial?

Guillermo Cleti es uno de los directores del Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe, y marcó en comunicación con Radio Urbana que «tiene su origen hace mas de 75 años, fundado en la década del ’40. Surge con el fin de proveer medicamentos en momentos de tensión, sobre todo por sus precios. Por ello se tomó la idea de producir por lo menos los esenciales que se requieren en el primer nivel de atención, medicamentos básicos que se utilizan para la diabetes, antibióticos de primera línea, para pacientes en la consulta ambulatoria, no aquellos que se encuentren internados y requieren mayor tecnología. Hoy el LIF es una sociedad del Estado, lo cual le permite salir de la administración pública normal, implica lo mismo que administrar una industria en cuanto a los tiempos de producción y de trabajo».

«Ser una sociedad del Estado te permite tener un reglamento propio de compra de productos, de contratación de personal. No es que no hay controles por parte de la Provincia, pero tiene otra dinámica de funcionamiento más parecido al de una empresa privada» Guillermo Cleti.

En cuanto a la cuestión presupuestaria, Cleri afirmó que «son estudios que se hacen a largo plazo. Las variantes de precios se ven cuando se compran los medicamentos. Cuando hablamos de producción pública, los precios no son necesariamente los más baratos, pero vemos a los medicamentos como un bien social. Para eso tenemos que lograr objetivos básicos como la eficiencia, la calidad necesaria, y que su precio sean a partir de los costos de producción. Si se comparan con los precios de venta pública no son los más baratos, pero estamos dentro de los costos de producción».

Por último, aseguró que «esto se hace también para formar personal que entienda de medicamentos, no solo por una cuestión de control estatal del mercado farmacéutico. Es una de las cosas sustanciales de estas decisiones. La Provincia de Buenos Aires ha tenido vínculos permanente con el LIF a través del instituto biológico Tomas Perón. Lo hemos hablado oportunamente hace una década. Hacer la reestructuración no es tan simple, lo más oportuno debería ser crear la administración de cero».

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