Graciela Leiva, testigo por la Megacausa Zona V de lesa humanidad

Sigue avanzando el décimo juicio de lesa humanidad en nuestra ciudad, conocido como la Megacausa de la Zona V. Allí se juzgan a 37 imputados por los hechos perpetrados a 334 victimas, y contará con la participación de más de 200 testigos. En cuanto a su tamaño, se trata del juicio de lesa humanidad más grande en la historia de la Provincia de Buenos Aires.

Todos los jueves se llevan adelante de forma mixta entre la presencialidad y la virtualidad las audiencias del juicio. Éstas son en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de nuestra ciudad entre las 9 y las 15 hs. La última de ellas fue la número 33 hasta ahora, y de la misma participó como testigo Graciela Leiva, hija de Luis Leiva, quien fue secuestrado por la policía en 1976.

Gabriela relató su historia ante el tribunal, y compartió que «en lo personal, poder dar mi testimonio es honrar la memoria y la lucha de mi papá«.

Luis Leiva, según relató su hija, «era un obrero ferroviario y dirigente de la Unión Ferroviaria. Nosotros vivíamos en White. En el galpón de máquinas se congregaban los obreros ferroviarios. Desde el `74 se venían activando el asesinato, los secuestros y las amenazas a dirigentes políticos y gremiales. Yo vivía con mi padre y mis hermanos».

Gabriela recordó que «una noche van a mi casa y hacen un operativo. El 10 de mayo del `76 a las dos de la mañana un grupo de hombres armados van a mi casa, se identifican como policía ferroviaria y lo secuestran a mi papá. Siempre lo recuerdo, fue un hecho traumático que le dejó secuelas a toda mi familia. Cuando lo secuestran hicimos gestiones a través de gente conocida, mi madre pidió el habeas corpus, pedimos ayuda a amigos».

Días más tarde, Leiva fue liberado y regresó a su hogar, aunque ese no fue el fin del historial represivo sobre su familia: «Mi papá se salva de su asesinato no sabemos por qué. A mi papá lo liberan a fines de mayo. Meses después volvieron a entrar a mi casa, revisaron todo. Nos llevaron a mi papá, mi hermano y a mi, nos ataron y nos encapucharon. Nos subieron a un camión del ejército y nos tuvieron unos días en la base naval» explicó su hija Gabriela. Finalmente, la familia pasó de su detención en la clandestinidad a ser convertidos en presos «legales», por lo que lograron salir en libertad tiempo después.

«Esta es una megacausa por la cantidad de víctimas, por el territorio abarcado, y porque es el Estado a través de la Subsecretaria de Derechos Humanos se presentan como querellantes, además de la agrupación H.I.J.O.S.» Gabriela Leiva.


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