El plan oficial para el accionar de las fuerzas de seguridad ante la protesta social callejera, definirá hoy sus últimos trazos, luego de una semana cargada de conflictos que se manifestaron en vía pública y en vísperas de otra que preanuncia la continuidad de las movilizaciones. El vicejefe de Gabinete Gustavo Lopetegui recibirá en su despacho a los ministros de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich y de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, con el objetivo de establecer prioridades en la actuación de las policías durante los próximos días, habida cuenta de la gran cantidad de actos masivos previstos para los próximos días que tienen como epicentro la Ciudad de Buenos Aires.
Si bien la centralidad del encuentro está puesta en la coyuntura, no se descarta que los funcionarios terminen de redondear una suerte de protocolo de acción conjunta para ser utilizado de aquí en adelante cada vez que la agitada agenda de protestas lo amerite. Tanto desde Nación como desde el ámbito porteño coinciden en señalar la importancia de sostener el diálogo como la principal herramienta disuasiva. «Es fundamental diferenciar piquete de movilización en el tratamiento del problema y coordinar con Desarrollo Social si hay negociación abierta con los grupos manifestantes, porque de ser así, el accionar policial puede dificultar la resolución del conflicto», sostuvo una fuente de la cartera que conduce Ocampo. A pesar de este señalamiento, desde la Ciudad sostienen la necesidad de «agilizar el trabajo de las fiscalías para que faculten a las fuerzas de seguridad a actuar en caso de ser necesario, porque sin la autorización judicial estamos atados».
Consultados por Ámbito Financiero acerca de la implementación del tan mancillado «protocolo antipiquetes», los funcionarios coinciden en remarcar que «nuestro único protocolo es la ley y con ella actuamos cotidianamente, aunque no le demos difusión a muchas de las acciones con las que disolvemos piquetes evitando los disturbios, para no generar reacciones adversas».
Aunque se manifiestan preocupados por la situación generada ante las reiteradas protestas callejeras, las autoridades porteñas tienen en claro que la prioridad de la flamante policía no es evitar las interrupciones de tránsito. «No vamos a desvestir una comisaría de efectivos para desalojar un piquete porque lo prioritario para nosotros es la seguridad ciudadana, antes que el ordenamiento vehicular».
Desde Nación, se plantean como objetivo reconstruir la capacidad de los cuerpos de infantería de Prefectura y Gendarmería, para enfocarse en los «objetivos federales de la periferia: autopista Buenos Aires-La Plata, Puente Pueyrredón, Panamericana y Riccheri y dejar todo lo demás en manos de la Policía de la Ciudad». La premisa «es prevenir antes de que corten», afirman desde el ministerio ubicado en la calle Gelly y Obes.
«Reconstruir la capacidad operativa de las federales sería volver al número histórico (restándole los transferidos a la CABA), es decir unos 2.600 efectivos para la zona metropolitana», confiaron las fuentes. Otra de las preocupaciones es el peligro de la inteligencia estatal para anticipar los posibles focos de conflicto. «No es necesaria en estos casos porque estos movimientos usan fuentes abiertas para convocarse y trasladarse», destacaron. Finalmente, a nivel oficial dieron a entender que si bien aún no hay una mesa de coordinación formal se está trabajando en la constitución de un comando conjunto «bien operativo. de coordinación en terreno».
Fuente: ambito.com