Ante la profundización de las desigualdades que impuso la pandemia, la Universidad Nacional del Sur y la Cooperativa Obrera Limitada desarrollaron durante el 2020 y parte del 2021 la campaña de alimentos «Chango Solidario» destinada a los sectores más vulnerables de Bahía Blanca.
Si bien la campaña llegó a su fin, desde la casa de estudios destacan la recolección de más de 50 toneladas de donaciones en más de 20 comercios. Durante 18 meses los productos se repartieron en ocho merenderos y comedores como Patoruzú, de Los Patricios; La Olla Popular, de Villa Harding Green; Manos Unidas, de Villa Moresino; Restaurando el Sueño de Crecer, de Villa Miramar; Abuela Elena en Villa Duprat; el Centro San Ignacio de Loyola, en Spurr y un comedor de Loma Paraguaya. «Además esporádicamente se enviaron alimentos y productos de higiene a 15 organizaciones, incluso armando combos especiales para familias con celíacos», explican.
También remarcaron la importancia que tuvo esta experiencia para los 35 voluntarios y voluntarias que formaron parte de ella: “Armábamos dos tipos de bultos: de merienda y de alimentos. Fue una experiencia hermosa, por el grupo y por el granito de arena que pude aportar como estudiante de la universidad, porque conocí otra gente y otras realidades, y eso fue muy enriquecedor”, explicó Sol Escudero, estudiante de abogacía e integrante del voluntariado que llevó adelante la campaña.
“La tarea que llevaron adelante los voluntarios y voluntarias fue de una importancia enorme porque significó para muchas familias la diferencia entre tener o no un plato de comida caliente. Fue una tarea muy sensible, porque se enfocó en un derecho esencial como la alimentación, y se dirigió a los sectores más vulnerables de nuestra ciudad, que en muchos casos fueron los más golpeados por la crisis”, resaltó el rector de la UNS, Daniel Vega.
“Siempre traté de colaborar en algo, y me encantó el proyecto. Trabajamos con mucha mercadería y con mucha alegría. Fue muy positivo porque llegamos a muchos lugares que realmente lo estaban necesitando”, agregó Luciano Vidili, psicólogo social y también integrante del proyecto. Mauro Lobato fue otro de los estudiantes que se sumaron a colaborar. “Empecé por amigos que habían participado, pudimos ver de primera mano a lo que se enfrenta la gente en los comedores. Yo repartía los combos, y tuvimos contacto con mucha gente, fue una experiencia que me sumó muchísimo, porque tomé contacto con una realidad diferente y porque también pude ver que en Bahía hay muchísima gente que ayuda y colabora”, destacó sobre su participación.
«Me sumé a comienzos de 2020, estuve en el grupo que repartía alimentos desde la UNS hasta los distintos lugares», explicó Natalia Steffanazi, docente del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia. «Fue muy grato poder ayudar, con un poquito se puede hacer mucho, pero también tenemos que reflexionar sobre la existencia y multiplicación de estos comedores, donde cada vez más gente necesita ayuda con algo tan básico como el alimento de cada día», agregó.
“Durante el año pasado, las donaciones de las vecinas y vecinos de nuestra ciudad fueron imprescindibles para muchos comedores y merenderos que cocinaban viandas o preparaban bolsas de alimentos para entregar en los barrios, ya que la situación de muchas familias se volvió crítica”, expresó el subsecretario de Extensión, abogado Martín Jasson.
“Es un orgullo observar el compromiso tanto de estudiantes, docentes y no docentes de la institución para combatir los efectos adversos de la pandemia. Gracias a iniciativas como esta, y también a otras como el programa de acompañamiento a personas mayores, los voluntarios y voluntarias que participan en los centros de telemedicina y otras, la extensión universitaria y el rol de la universidad pública fue muy reconocido por la comunidad”, concluyó.