Federico Paak uno de los dueños de Azafrán Mediterráneo

 

Federico Paak es uno de los propietarios de la firma que tiene su establecimiento principal en Villa General Belgrano. Comenzaron por curiosidad y se convirtió en una empresa exportadora. Todo el procedimiento se realiza de forma manual.

El «oro rojo», así lo llaman al producto que entusiasma y promete buenos rendimientos para sus productores. Se trata del azafrán, además de su destacado aroma ofrece un valor para sus productores; un kilo de azafrán está valuado en un millón de pesos y esto no sólo se debe a su valor a nivel mundial sino también a su producción artesanal.

Azafrán Mediterráneo nació en 2007 como una inquietud familiar y se convirtió en un negocio millonario. En Villa General Belgrano, se puede visitar el campo y conocer cómo es el proceso de producción de este ingrediente milenario. La empresa fue cambiando con el paso del tiempo, actualmente cuentan con 15 sucursales en Argentina, una en Uruguay, otra en Chile y uno de los nuevos desafíos para la marca es pisar suelo Europeo, “la idea es llegar a España con esta forma de cultivo que es totalmente innovadora -siembra en cajones-, no vamos a ir a Europa porque sí, es la meca del azafrán”, remarcó Federico.

La firma utiliza el sistema en cajones en altura, “son diseñados por nosotros con la experiencia de muchos años de ir investigando y pensar en mejorar el proceso productivo”. Esta metodología, facilita toda la tarea manual de siembra, cosecha y mantenimiento. Con este sistema optimiza además el control de posibles plagas, composición del sustrato, mano de obra, optimiza superficie de plantación. “Cada cajón tiene riego por goteo controlado para cuidar la utilización del agua,  también constan de sensores de temperatura y humedad”, detalló.

La empresa con 15 años de trayectoria cultiva y produce tanto el azafrán de primera calidad como así también los bulbos. “Primero nos abocamos a los bulbos, ya que poder tener mayor cantidad de kilogramos de azafrán para desarrollar una marca y poder exportar se necesitan kilos y era inviable producir pensando netamente en el azafrán”, detalló Paak. Como dato relacionado a este modo de trabajo, el azafrán tiene una tasa de retorno de inversión a 7 u 8 años, en cambio los bulbos esa tasa es a la vuelta del año y rentabilidad de no menos del 80%.

Una cuestión que caracteriza a Azafrán Mediterráneo es la innovación: todos los años elaboran nuevos productos a base de azafrán. Desde cremas exfoliantes y shampoo, hasta caramelos y aromatizantes.

El azafrán es la especia más cara en el mundo históricamente, es un producto elite, apunta al público ABC 1. En cuanto a la penetración del producto en el mercado, teniendo en cuenta la situación económica de la Argentina Federico resaltó que al sector que apunta esta especia es el que menos se resiente, “por eso vemos que tiene mucho para desarrollarse, es un cultivo que no es incomparable y lo que se consume son dosis muy pequeñas”.

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