Tanto el DNU como la Ley Ómnibus impulsados por el Gobierno nacional siguen generando rechazo en los más variados sectores de la sociedad. En este caso, trabajadores del ámbito de la aeronáutica plantearon su preocupación por el punto del decreto que convierte a las empresas estatales en sociedades anónimas, allanando el camino para su privatización.
Emiliano Gerbino es delegado gremial del área de rampas en Aerolíneas Argentinas, y aseguró que «si bien por el momento no han cambiado las cosas, no fueron atendidos los llamados a paritarias al ser una empresa del sector estatal. El programa del que habla el DNU es una privatización encubierta, todas las acciones minoritarias pasarían a los empleados, y cuando empiece el desguace, la empresa no pagaría indemnizaciones. Esto ya se hizo en los ’90 con otras empresas del Estado, no es nada nuevo».
El sindicalista aseguró que hubo una reunión de trabajadores la última semana, en la cual «se abordó el tema de lo que se viene. Todavía no hubo reunión con el presidente de Aerolíneas. Recién el martes pareciera que hay reunión, pero los pedidos no fueron atendidos. Se dice que le van a dar un año a la empresa y después aplicarían este programa. El año es de ‘gracia’ para ver en que condiciones esta la empresa. En 2023 no se utilizó presupuesto del Estado y tuvimos un récord de pasajeros. Para febrero cayeron todas las reservas de las ventas de pasajes. Se va cortando la actividad por la suba de los precios, en los lugares turísticos ha bajado la ocupación».
Finalmente, Gerbino se refirió al programa de cielos abiertos y sus consecuencias para Aerolíneas Argentinas: «Consiste en que cualquier avión de matrícula extranjera venga a competir en nuestras rutas. FlyBondi vino a Bahía Blanca y no le sirvió, entonces se fue a otras escalas más rentables. Por ejemplo, American Airlines tiene 200 aviones de más; si llega a desembarcar con 20 aviones compite en todas las líneas rentables. En esta política no hay bandas tarifarias, si quieren pueden poner pasajes a $15.000 hasta fundir a las empresas argentinas. Hacen quebrar líneas nacionales y hacen funcionar a las extranjeras. En países como Paraguay, Uruguay o Venezuela no hay líneas de bandera. No existen políticas de cielos abiertos en países europeos».