La Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT), lanzó un comunicado titulado «Frenemos la destrucción del sistema científico y tecnológico: El momento es ahora». Allí, destacan que «la Argentina avanza con ritmo acelerado en un proceso de ajuste y destrucción de nuestras capacidades científicas y tecnológicas que no tiene precedentes desde la recuperación de la vida democrática en nuestro país».
Diego Rayes es bioquímico e investigador del CONICET, además de vicepresidente de la Sociedad Argentina de Neurociencia. Explicó que «estamos pasando un momento muy duro, ya van nueve meses de esta gestión y llegamos a un punto desesperante porque no hay financiamiento de los proyectos. No solo no hay llamados para nuevas convocatorias, sino que los que ya fueron evaluados y concursados el año pasado no fueron asignados. Esto, sumado a la situación salarial de los trabajadores del CONICET, genera una situación dramática. El ataque y abandono es en ambos aspectos, están interconectados».
«La investigación en ciencia necesita insumos; no es un gasto sino una inversión. En términos económicos, las patentes que se generan le generan dinero al país, pero hoy se retrasan y algunos proyectos deben abandonarse» Diego Rayes.
El investigador puntualizó sobre la situación laboral de sus colegas, y aseguró que «es un gran problema el tema de salarios y las entradas a becas o a carrera. Eso fue drásticamente recortado, incluso la entrada a las carreras de investigación, a la posibilidad de aplicar y tener su propia línea de trabajo, y sumado al tema de los becarios y becarias y sus llamados. Por ello es que hoy por hoy en los institutos del CONICET de todo el país hay una gran cantidad de gente joven que declina y se va al exterior, lo que es un golpe letal para la ciencia».
Finalmente, Rayes concluyó que «siempre es más fácil destruir que construir. En los últimos años hubo una campaña de desprestigio de la ciencia, lo que produjo, además de salarios bajos y la pérdida de becas, es que los estudiantes de grado no se interesen en hacer ciencia en el país. Ese vacío de gente joven no es recuperable, es un daño que destruye lo construido en el último tiempo, hace que la base de la pirámide del sistema científico se vuelva irreversible».