Diciembre de 2001: ¿Qué pasó en Bahía Blanca?

Manifestación frente a la Municipalidad – La Nueva Provincia 21/12/01, tomado de P. Becher (2018, 207)


Por: Tomás Casella.

Para algunas personas la memoria es suficiente para mantener viva la secuencia que atravesamos el 19 y 20 de diciembre de 2001. Seguramente para otras, por una cuestión generacional, serán las historias, los vídeos, las anécdotas. Un hilo en común entre ambas vivencias es que, en la memoria colectiva, el 2001 está estrechamente atado con lo sucedido en la Ciudad de Buenos Aires. Muchos de nosotros sabemos más lo que pasó a 700 kilómetros que a tan solo un par de cuadras.

Hay algo que es cierto, no recordamos graves incidentes, saqueos y represión como en Capital porque eso, afortunadamente, no sucedió en nuestra ciudad. Por esto mismo es que muchas personas tienden a repetir que en diciembre de 2001 en Bahía Blanca “no pasó nada”.

¿Esto es así? ¿Es justo plantearlo de esta manera?

En primer lugar, es importante entender al 2001 visto desde lo local como un proceso que se gestó mucho antes de llegar a diciembre, verlo más como un desarrollo y no tanto como un suceso puntual. La década de los 90, en especial desde el 95 en adelante, afectó duramente a la población bahiense, con cifras de pobreza y desempleo récord. El movimiento de trabajadores desocupados fue protagonista en las calles de la ciudad, así como también diversos actores de la cultura, los sindicatos y la educación.

Imagen del Escuelazo – La Nueva Provincia 17/08/01, tomado de P. Becher (2018, 193)

Para empezar a poner ejemplos concretos, el 16 y 22 de agosto de 2001 se llevaron a cabo dos de las movilizaciones más convocantes en la historia de nuestra ciudad, que recibieron el nombre de “Escuelazo”. Muchas cuestiones confluyeron en estos reclamos: por un lado, la situación edilicia en las escuelas locales era insostenible, lo cual se sumó al recorte educativo planteado para el sector público, que alcanzaría a la educación y no permitiría a miles de docentes bahienses cobrar su sueldo en tiempo y forma.

La consigna hoy es conocida, pero en su momento fue novedosa: En defensa de la educación pública, padres, madres, alumnos y docentes marcharon de manera pacífica por más de 4 horas desde la sede del Consejo Escolar hacia el Teatro Municipal, donde soltaron globos negros y cantaron el himno nacional.

  • Pablo Becher, profesor y licenciado en Historia de la UNS.

“Todo diciembre de 2001 se engarza con movilizaciones anteriores. Un hito fue sin dudas el Escuelazo, donde docentes y estatales realizan una serie de movilizaciones de gran envergadura donde participan las comunidades educativas que no solo pedían por cuestiones económicas, sino también por las pésimas condiciones de trabajo en las escuelas. Esto hizo que las comunidades salieran y se dieran las manifestaciones más importantes que tuvimos en los últimos tiempos, con 15.000 personas en la calle reclamando en defensa de la escuela pública”.

Como mencionamos, los niveles de desocupación anunciados por el INDEC en octubre del 2001 dejaban a Bahía Blanca como una de las ciudades con números más elevados de todo el país. El 20,3% -1 de cada 5 bahienses- buscaba sin suerte un trabajo.

¿Cómo afrontaba la gente esta realidad ? La organización del pueblo permitió la subsistencia de muchos vecinos y vecinas que no tenían ingresos suficientes para alimentar a sus familias.

  • Anabella Tarabelli, periodista.

“Durante todo ese año se dieron mucho los clubes del trueque. Había muchísimos en Bahía: en clubes de barrio, en Sociedades de Fomento. Eran clubes del trueque donde se intercambiaban alimentos”.

Con este contexto en mente llegamos a octubre del 2001. Las elecciones legislativas en Bahía Blanca fueron la excepción a la regla: La desilusión generalizada llevó a La Alianza a ser derrotada por el PJ tanto en Nación como en Provincia. En nuestra ciudad, la boleta radical encabezada por Norberto Martinez, en representación del Gobierno de Jaime Linares, se impuso por una estrecha diferencia de 25,2% a 23,5% sobre el PJ, con un impresionante número de votos en blanco, que alcanzaron el 13,6% del total.

Virginia Linares le toma juramento como concejal a Norberto Martinez – La Nueva Provincia 11/12/01

Igualmente, si tenemos en cuenta que tan solo dos años antes, en 1999, el intendente Linares había ganado con el 62% de los votos, podemos hablar también de un descontento con el modelo imperante aún en nuestra ciudad.

Una de las grandes revelaciones fue el Polo Social, que con el 13,7% de los votos consiguió dos bancas en el Concejo Deliberante.

  • Julio Ruiz, concejal electo en 2001 por el Polo Social.

“Había un caldo de cultivo, la gente estaba harta de esto, lo que produjo que las elecciones del 2001 nos llevó al Concejo Deliberante contra todo pronóstico, con una campaña muy humilde”.

Ahora sí, llegamos al célebre diciembre de 2001, el cual fue complejo desde el primer día. El sábado 1, el ministro de economía Domingo Cavallo anunció que solo se podrían retirar 250 pesos por semana de los cajeros. Se iniciaba el famoso corralito, y con éste se profundizaron todas las protestas ya existentes.

  • Dante Arriola, Secretario General de La Bancaria local en 2001.

“De un día para el otro nos encontramos con el famoso corralito, la restricción de uno de poder acceder a su dinero, lo que lejos de traer solución terminó de aniquilar la economía. La gente salió a protestar de manera contundente pidiendo acceder a sus ahorros. Si bien en Bahía la protesta no tuvo la dimensión de Capital Federal, las y los trabajadores bancarios pasamos por momentos muy difíciles porque la gente no alcanzaba a entender que no eramos los trabajadores los que habíamos tomado esa decisión. Nosotros a pesar de trabajar en los bancos tampoco podíamos acceder a nuestro dinero. Las protestas frente a los bancos se mantuvieron durante muchos meses”.

Juan Pablo Baylac interpelado por una vecina 

El día después del anuncio de esta medida, el vocero presidencial y bahiense Juan Pablo Baylac fue interpelado por una vecina jubilada a la salida de la Quinta de Olivos.

 

La vecina, preocupada por el destino de su jubilación de $600 pesos, le reclamó a Baylac que ya no podría retirarla del banco. El funcionario le pidió calma y contestó que “Solo será por tres meses, señora. Nadie le va a sacar su dinero”.

Sin demasiada confianza en el bahiense, la jubilada amenazó con que “si me sacan mi dinero, les voy a poner una bomba en la quinta presidencial”.

El vocero presidencial fue tan seguro como incorrecto en su predicción: “Ponga lo que quiera, pero tenga confianza. Y agradézcamelo” cerró.

Llegamos entonces a los dos días claves en el desarrollo de esta historia: el 19 y 20 de diciembre de 2001. Así lo explica Pablo Becher:

“El 19 de diciembre se convocó a una jornada de resistencia y recuperación por sectores estatales, de izquierda, estudiantes, desocupados, docentes, etc. Se concentró en Av. Colón y Don Bosco y en Brown y Montevideo. En Plaza Rivadavia, a partir de las 9 de la mañana, se organizó una olla popular y talleres de expresión y creación cultural. A la noche la idea era finalizar con una marcha de antorchas. El 20 unas 300 personas se congregaron en la plaza reclamando alimento, trabajo, conversar con los funcionarios del Ejecutivo Municipal. Hubo una enorme cantidad de gente en los barrios que se agolparon en supermercados que terminaron teniendo que entregar alimentos”.

Cacerolazo en Plaza Rivadavia – La Nueva Provincia 20/12/01

Anabella Tarabelli profundiza en un factor también importante: No todos los ejes de manifestaciones se dieron en el centro de la ciudad:

“Esa época fue significada por los famosos cacerolazos, fueron manifestaciones que se dieron en todo el país así como también en Bahía Blanca. Podía ser tanto frente a la Municipalidad tanto como en las Delegaciones, donde se hacía entrega de bolsones de alimentos, o se tomaban decisiones en las asambleas populares para ir a protestar frente a algún lugar”.

Aún habiéndo repasado esto, es cierto que hubo algunos intentos de saqueos en determinados supermercados en la ciudad. La Nueva Provincia hizo eco de algunos de los más importantes. Por un lado, unas 40 personas lograron ingresar a una carnicería de la Cooperativa Obrera en Garay al 1241. Otra sucursal de la misma cadena fue blanco de disturbios en Almafuerte 2544. También un intento de saqueo en un Burgos ubicado en Thompson 1810 dejó 14 personas detenidas. Muchos otros comercios recibieron a una importante cantidad de vecinos y vecinas, pero tan solo pidiendo alimentos para sus familias sin que esto escale en situaciones de violencia.

Esto significó también el despliegue de un importante operativo de seguridad a lo largo de la ciudad. No solo se trató de la policía, sino que 40 miembros de Gendarmería fueron colocados al frente de la Municipalidad con dos camiones y armamento antimotines. Además, había también 15 integrantes de la Prefectura.

Pedido de alimento en la Cooperativa Obrera de Belgrano 45 – La Nueva Provincia 21/12/01, tomado de P. Becher (2018, 204)

Pero… ¿Por qué el estallido social que vimos en las calles de la Ciudad de Buenos Aires no coincidió con lo sucedido en Plaza Rivadavia o en los barrios bahienses? La investigadora Marcela Vitali, en su estudio titulado “Repercusiones de la crisis política del 2001 en Bahía Blanca: Aportes para comprender la inacción social” enumera algunos motivos por los cuales la situación no escaló.

Primero y principal, el Municipio rápidamente se puso al frente de la entrega de alimentos para las personas que lo requerían. Se estima que entre el 21 y el 22 de diciembre se repartieron más de 8 mil bolsones en los distintos barrios de la ciudad. Esto fue posible gracias a la negociación con los comercios y supermercados para que pongan a disposición parte de su mercadería para paliar con la crisis. Con una rápida respuesta de la Cooperativa Obrera, Disco y Burgos, y con una mayor reticencia de Wal Mart, finalmente los locales aceptaron participar.

Por otro lado, la red de contención social sirvió de sostén para evitar las tristes imágenes que nos llegaban de la Capital. Según Vitali, el Municipio recibió el apoyo de las diversas organizaciones sociales.

Allí, estos actores debieron abandonar toda acción llevada adelante para dar lugar a una única asistencia: la alimentaria.

  • Walter Rezzutti, titular de Cáritas en 2001.

“Teníamos una mesa de trabajo con otras organizaciones sociales en la que veníamos trabajando desde el 89´. Fue potenciar eso, y dejar de lado la política más a largo plazo en cuanto a la vivienda, el empleo, el desarrollo social, para trabajar para llegar con la mayor cantidad de recursos a cubrir la necesidad de la gente.

Ese tejido social permitió trabajar en los distintos barrios dando respuesta a la sociedad organizada. Recuerdo las asambleas populares, que han participado con la intención de incidir en las políticas públicas, lo que fue una marca de aquel momento. Las organizaciones se dieron cuenta de que debían tener mayor incidencia en la definición de las políticas públicas y no ser meros distribuidores de recursos”.

Otro punto a destacar es que en ningún momento las fuerzas de seguridad locales protagonizaron escenas de represión, lo que sin dudas hubiese hecho escalar la situación a un verdadero conflicto.

  • Virginia Linares, presidenta del Concejo Deliberante en el 2001.

“Los días previos fueron de desesperación. Cuando uno está en el Gobierno local lo palpás diferente, ves a tus vecinos y vecinas. Tuvimos particularidades que hicieron que la ciudad gracias a Dios no utilice la violencia. Uno tiene que reconocer que las organizaciones sociales, sobre todo de los sectores más pobres, se acercaron a colaborar para que la crisis sea apaciguada.

Por el otro lado tuvimos una respuesta rapidísima por parte de la Cooperativa Obrera en la posibilidad de reparto de alimentos. En ese momento la Prefectura y la Gendarmería nos ayudaban. Había una bajada de línea local consensuada y respetada con las fuerzas de seguridad. Era un tema más de organización en el reparto que de acción”.

Cola en la Delegación Noroeste para recibir alimentos – La Nueva Provincia 21/12/01

En esta fecha habremos visto incansables reflexiones sobre las enseñanzas que dejó el 2001 en la población Argentina. De cómo la crisis modificó para siempre la relación de los sectores populares con la política nacional y marcó un antes y un después en el modelo económico vigente.

Todo esto es cierto, pero ¿Dejó algo el 2001 en Bahía Blanca? Pablo Becher opina lo siguiente:

“El 2001 permitió a un conjunto vulnerable de la sociedad poder tener participación en los procesos de conflictividad. Permitió la confluencia momentánea de distintos sectores sociales, la cual fue sumamente importante. El 2001 significó un cambio que venía siendo  desarrollado todo ese año en términos de participación popular, pero también de capacidad de autonomía y decisión. Rescato ese proceso que en Bahía Blanca fue muy particular y a veces silenciado por la propia memoria.

Pero obviamente todo ese proceso no se capitalizó en una organización popular con reclamos genuinos y una salida política. Justamente sucedió que volvieron a gobernar los que lo venían haciendo. Esa es una de las críticas: la incapacidad de este sector popular había salido de la crisis con ideas renovadoras acerca de cómo hacer política y vincularse socialmente que no pudo realizar un proceso de organización política más amplio que permitiera generar una salida política renovadora”.

Reconfiguró nuestra forma de organizarnos políticamente, nos movilizó de formas inéditas hasta el momento, nos unió en reclamos de sectores disímiles y promovió la aparición de nuevos actores sociales. Lo cierto es que a 20 años seguimos conviviendo con las marcas que dejó una de las crisis más difíciles que nos tocó atravesar como sociedad.


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