El Gobierno apuesta a una rápida aprobación en busca de implementar la boleta electrónica en las elecciones del año que viene. Tendría el apoyo del massismo y del bloque de Diego Bossio. Había más resistencias para los cambios en las PASO
El debate en la Cámara de Diputados prometía extenderse hasta avanzada la madrugada o las primeras luces del día de hoy. Pero, al cierre de esta edición, en Cambiemos reinaba el optimismo para aprobar la reforma electoral que propone la implementación de la Boleta Unica Electrónica en todo el país en las elecciones legislativas del año próximo, con el respaldo del Frente Renovador (FR) y el Bloque Justicialista (BJ) de Diego Bossio. Mientras, buscaba un acuerdo contrarreloj para garantizar los 130 votos, la mayoría especial necesaria para aprobar otros dos aspectos de la reforma.
Una es la inclusión de la paridad de género en todas las listas de candidatos, promovida transversalmente desde todos los bloques partidarios pero donde había dudas acerca de la redacción de la norma para que su implementación sea efectiva. La otra, mucha más compleja para el oficialismo -donde anoche los votos todavía no le alcanzaban–, es la resistida introducción de un corralito en las Paso, donde los votantes tendrán que optar de participar en la interna de una sola alianza o partido y ya no podrán, como hasta ahora, elegir entre distintas ofertas electorales por categorías.
El Frente para la Victoria (FpV) y el Frente de Izquierda (FIT), se oponen a la reforma con críticas que van desde la pérdida del secreto del voto, la vulnerabilidad del sistema a los hackeos informáticos, el corralito en las Paso y su piso para acceder a la elección general. En el bloque Progresistas (Socialistas, Libres del Sur y GEN) insistían en la implementación de la boleta única de papel y por categorías como se utiliza en Santa Fe, además de proponer la gradualidad para la implementación de la boleta electrónica.
La Cámara de Senadores aparecía anoche como el mayor obstáculo para el Gobierno en la búsqueda apremiada para llegar a poner en marcha la boleta electrónica en las elecciones del año que viene. El Senado le dio ayer media sanción a su propio proyecto de paridad de género (ver página 7) y desde el bloque del FpV se presentó un proyecto para el voto con el uso de pantalla pero con una boleta de soporte de papel para que el recuento de los votos se haga en forma manual.
El recinto
El debate comenzó con la defensa del dictamen que rubricó Cambiemos y el FR, con similares argumentos contra la boleta de papel. “Este es un déficit del actual sistema que tenemos que superar, el robo de boletas se ha extendido demasiado”, dijo el macrista Pablo Tonelli. Ese sistema, con todo, fue el que le permitió a Cambiemos ganar la Presidencia y la gobernación de la provincia de Buenos Aires en la última elección. “La ampliación de atribuciones y control de auditoría de la Cámara Electoral”, fue otro de sus argumentos.
Desde el FpV, Diana Conti fundamentó su rechazo en que el nuevo sistema “no da garantías a los ciudadanos” y que “podría comprometer el carácter secreto del voto”, por la vulnerabilidad de su chip a los hackeos. Afirmó que la experiencia internacional del voto electrónico va en retroceso, como “recientemente lo hizo Bélgica”. Aunque aclaró que su bancada respaldará por unanimidad la paridad de género.
El chaqueño Juan Pedrini (FpV) fundamentó un dictamen propio que propone –como los senadores del FpV– un sistema mixto: con la utilización de la pantalla para la selección de los candidatos, pero con un soporte de papel para el conteo manual de votos.
El FIT rechazó la propuesta oficialista aunque con posturas diferentes. Coincidieron en que la reforma mantiene pisos proscriptivos en las Paso e “incorpora el ‘corralito’ por el cual no se podrá cortar boleta, restringiendo derechos”. En cambio, Néstor Pitrola (FIT-PO) calificó la paridad de género como “un maquillaje al retroceso social de la mujer”. Su compañera de bloque, Myriam Bregman (FIT-PTS), defendió la paridad que promovió junto a diputadas de otras bancadas.
Pablo Kosiner (BJ) defendió el sistema de boleta electrónica a partir de la experiencia salteña, pero calificó como “un retroceso” el corralito para las Paso.
Bambalinas
La presencia de Adrián Pérez, secretario de Asuntos Políticos, en el recinto para seguir la sesión y el debate del proyecto que se encargó de redactar, abrió las puertas a múltiples especulaciones sobre las propuestas que el funcionario habría traído desde la Casa Rosada para vencer las resistencias. A medida que avanzaba la jornada se confirmaban algunas y se desechaban otras medidas en medio de febriles negociaciones que se realizaban detrás de los cortinados.
Una de ellas fue una oferta a partidos provinciales, como el neuquino MPN, de abrirle una ventana para sortear las dificultades que le presentaba el corralito de las Paso. El MPN acostumbra a llevar sus propios candidatos provinciales –gobierna Neuquén desde el regreso democrático– sin atarlo a ninguna candidatura presidencial, lo que pone en desventaja a sus candidatos si los neuquinos tienen que optar por votar solo por la propuesta nacional o la provincial. La modificación habilitaría a los votantes de partidos distritales también a elegir un candidato presidencial entre los postulantes de partidos nacionales.
Para el Gobierno, la propuesta le alcanzaría para arañar los 129 votos sin el respaldo del BJ. Entre los diputados de Cambiemos, no estaban anoche tan seguros.
Otro de los puntos que llevó Pérez también apuntaba a vencer los obstáculos entre quienes advertían sobre el escalonamiento en la implementación de la boleta electrónica. La oferta era incluir una “cláusula transitoria”, que preveía que si el Gobierno no llegaba a tiempo para utilizarla en las Paso, la podía implementar en la elección general de 2017, como ya se hizo en la ciudad de Buenos Aires. Pero la propuesta habría sido desechada desde el propio Cambiemos. El debate continuaba en la madrugada.
Fuente: pagina12.com.ar