El 75 por ciento de la nueva deuda financió la fuga de capitales. Si se le suma la renovación de vencimientos y la emisión de las provincias y las empresas, los títulos de deuda externa en moneda extranjera desde diciembre de 2015 llegan a 110.648 millones de dólares.
Desde el inicio de la gestión Cambiemos, el Tesoro Nacional emitió nueva deuda externa por un total de 61.664 millones de dólares, que equivale a más del 10 por ciento del PBI argentino, más de un millón de millón de pesos. De ese total, el 75 por ciento se destinó a financiar la salida de capitales por el giro de utilidades y dividendos, el turismo y principalmente la fiesta de la bicicleta financiera, ya que gracias a las exorbitantes tasas de interés del Banco Central, el gran negocio es tomar deuda en dólares, comprar Lebacs (o similar) y luego reconvertir el excedente en dólares para fugarlo. Si a la nueva deuda emitida por el Estado nacional se le suma la renovación de vencimientos y la emisión de las provincias y las empresas, los títulos de deuda externa en moneda extranjera desde diciembre de 2015 llegan a 110.648 millones de dólares, lo que ubica al país en el primer puesto, por lejos, en el ranking global de endeudamiento. A pesar del supuesto entusiasmo inversor del que se ufana Mauricio Macri, el costo de la deuda emitida por el gobierno nacional es 1,25 punto porcentual superior al país más riesgoso de la región y está 3,5 puntos por arriba de la economía vecina que accede a la mejor tasa de interés (ver aparte). Estas son las principales conclusiones del último informe del Observatorio de la Deuda Externa (ODE) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). El incremento de la deuda y las altas tasas de interés implican fuertes aumentos presupuestarios para pagar intereses el año que viene, lo cual contrasta con el recorte al aumento de los jubilados previsto en la reforma previsional.
Si se toman todos los títulos de deuda local e internacional en moneda extranjera vendidos por el sector público y privado desde el inicio de Cambiemos, el número de emisiones llega a los 110.648 millones de dólares, que podría llegar a los 125 mil millones con los datos del cierre del año. Ese avance se explica en primer lugar por la duplicación de la deuda contraída con el sector privado, en detrimento de los organismos internacionales y la deuda intra-sector público. La nueva deuda total en dólares, incluyendo a privados, ascendió a 82.982 millones de dólares. Esa suma de dinero ingresa por la vía financiera y en gran medida se inserta en el circuito de especulación definido por la política macroeconómica del Gobierno central. La bicicleta financiera no sólo genera una creciente fragilidad en divisas (porque la deuda hay que pagarla y los intereses son altos) sino que también oprime la rentabilidad de la actividad productiva y atenta contra el empleo. Desde el año pasado, la formación de activos externos (estricta fuga de capitales) llegó a los 27.506 millones de dólares. El presidente, Mauricio Macri, promociona sus viajes para motivar a los inversores extranjeros pero según el BCRA el ingreso de dólares por inversión extranjera directa (generadora de empleo) es de 1797 millones de dólares en el año, un vuelto en relación a la magnitud del endeudamiento y de la fuga de capitales.
El festival de la deuda
El Tesoro nacional es responsable por la emisión del equivalente a 61.664 millones de dólares de deuda en moneda extranjera durante la gestión de Cambiemos, que llegan a 66.562 millones con la renovación de vencimientos. El último “logro” del ministro de Finanzas, Luis Caputo, fue el 2 de noviembre pasado, con la emisión de 2750 millones de euros bajo legislación Nueva York, con vencimientos de 5, 10 y hasta 30 años. Apenas antes, a mediados de octubre, el Tesoro Nacional realizó una nueva ampliación del Bonar 2024 por un monto de mil millones de dólares. “Si a los 22.051 millones de dólares emitidos en total en el año 2016 se le adicionan los 28.413 millones emitidos desde comienzos de 2017, obtenemos que desde fines de 2015 el Estado Nacional ha emitido deuda en los mercados internacionales de crédito en moneda extranjera y bajo legislación extranjera y local por 50.464 millones de dólares. Si a ese número se le adicionan las Letes en dólares, el total de emisiones nacionales en moneda extranjera para la gestión completa asciende a los 66.562 millones de dólares”, detalla el informe del ODE.
Los últimos datos de la Ministerio de Finanzas muestran que el peso de la deuda pública sobre el PBI (uno de los indicadores utilizados para medir el grado de vulnerabilidad de la economía) subió desde el 38 por ciento antes del recambio presidencial hasta el 51,2 por ciento en el primer trimestre de este año. En particular, la deuda en poder del sector privado subió del 9,1 al 20,1 por ciento del PIB, a raíz de que este tipo de pasivos prácticamente se duplicó en dólares. Por eso, se modificó la estructura de la deuda, ya que la deuda en manos del sector privado pasó del 23,8 al 39,2 por ciento del total de la deuda.
“Resulta imparable crecimiento de la deuda externa y su costo es mucho más alto para los argentinos del que pagan los países latinoamericanos. Argentina sale a buscar deuda porque no cierra sus cuentas, no exporta y ni genera dólares genuinos “, dijo el rector de la UMET, Nicolas Trotta.
¿Cómo se utiliza la deuda?
El informe de la UMET muestra que la salida de dólares vía fuga de capitales, por el sector turismo y el giro de utilidades y dividendos desde diciembre de 2015 sumó 46.305 millones de dólares, lo que representa entre el 75 por ciento de la nueva deuda externa emitida por el Gobierno nacional en el período. La formación de activos externos suma 27.506 millones de dólares; el gasto en divisas por un turismo, 14.060 millones y el giro de utilidades, 4739 millones. Para los primeros nueve meses de 2017, el ODE calcula egresos netos por 23.851 millones de dólares, un 38 por ciento más que en el mismo período de 2016 y 134 por ciento por encima que en enero-septiembre de 2015. Otro destino de la deuda es afrontar el creciente déficit comercial, que acumula desde el inicio de Cambiemos un rojo de 4208 millones de dólares.
“Según cálculos propios, las emisiones de deuda del Tesoro (en moneda extranjera y en pesos con tenedores externos) durante la gestión actual han superado en un 250 por ciento la suba de las reservas internacionales para igual período, lo cual da cuenta de que el acelerado crecimiento del proceso de endeudamiento encarado por el gobierno de Cambiemos no es sostenible (de persistir a este ritmo) en el tiempo”, advierte la UMET. La lógica de esa afirmación es que la salida de dólares (por la fuga de capitales y el déficit comercial) supera en tal medida la acumulación en las reservas, que implica la existencia de una especie de barril sin fondo del endeudamiento.
“En lo que va de 2017 Argentina emitió deuda nueva en las mismas proporciones que la fuga de capitales que una porción de los agentes económicos atesora o coloca en moneda extranjera. El endeudamiento no sólo es más caro sino que es altamente riesgoso porque pareciera que no tienen forma de cerrar los déficit comercial y fiscal sino es comprometiendo más el futuro macroeconómico. Cada vez se colocan bonos más caros en inversores privados y las condicionalidades son muy altas”, planteó Arnaldo Bocco, Director del Observatorio de la Deuda Externa y del Departamento de Economía de UMET.
Fuente: pagina12.com.ar