Tras 40 días de espera, la gobernación ofreció un aumento del 21 por ciento, con una suma fija de 2 mil pesos por cargo. No aceptaron devolver los descuentos por los días de paro. Los seis gremios lo rechazaron.
Los docentes bonaerenses anunciaron un paro de 24 horas para mañana, tras un nuevo fracaso de la paritaria. Al retomar la negociación tras 40 días de espera, la gobernación de María Eugenia Vidal les ofreció un aumento del 21 por ciento, con una suma fija de 2 mil pesos por cargo como “recomposición” por lo perdido por la inflación de 2016. Los seis gremios del Frente de Unidad lo rechazaron por insuficiente. “La propuesta no sumó más de 90 pesos”, advirtió la titular de la FEB, Mirta Petrocini. Sin embargo, el ministro de Trabajo provincial, Marcelo Villegas, acusó a los dirigentes de “volver a las andadas” y tener motivaciones electorales.
Los maestros están cobrando salarios de bolsillo de 9800 pesos. El planteo del Frente de Unidad es que según el propio Indec, en marzo una familia tipo necesitó 14.090 pesos para no quedar por debajo de la línea de pobreza. Si aceptaran la propuesta que ayer les hicieron, un docente que comienza a trabajar estaría llegando a cobrar, en el mes octubre, unos 11.900 pesos. Por otra parte, enfrentan una cerrada posición del Ejecutivo de no reintegrarles los días descontados por los paros.
a reunión se realizó en la sede de Economía de la provincia. A las 5.40 de la tarde, con poco más de media hora de retraso, se sentaron a la larga mesa de la biblioteca del ministerio su titular, Hernán Lacunza, con su par de Trabajo, Villegas, y el director de Educación, Alejandro Finocchiaro. En representación de los docentes fueron María Laura Torre y Silvia Almazán (Suteba), Mirta Petrocini (FEB), Miguel Díaz (Udocba), dirigentes del Sadop y Amet. Los fotógrafos que ingresaron al salón para tomar imágenes registraron la mala cara de los dirigentes.
Lo cierto es que no había expectativas de llegar a un acuerdo. En los 40 días en que la negociación estuvo frenada, la provincia venía sumando nuevas señales de que su interés no es llegar a un acuerdo sino quebrar el plan de lucha. En este tramo del conflicto, puso toda la presión sobre los maestros con los descuentos por haber adherido a las huelgas. Cambiemos ya ha probado este mecanismo disciplinador de recortar los sueldos en gestiones anteriores, en otros distritos. Los recortes achican por encima del límite salarios que son bajos.
Antes de la audiencia, los sindicatos habían advertido que retomarían las medidas de fuerza si la gobernación no daba marcha atrás con los descuentos.
El reclamo no fue contemplado. De hecho, en una conferencia de prensa posterior al fracaso de la negociación, el director general de Cultura y Educación, Finocchiaro, ratificó que “no” es un tema “sujeto a negociación” y reafirmó que descontarán el día de mañana a los que participen de la nueva medida de fuerza.
En la rueda de prensa, los ministros de Vidal cargaron contra los integrantes del Frente. “El paro que acaban de anunciar los gremios docentes vuelve a la andadas de la dinámica del conflicto hasta hace algunas semanas. Lo anuncian con un tiempo que tiene que ver más con lo político que lo gremial. A pocos días del cierre de listas se pretende instalar otra vez bajar varias condiciones que nos habíamos impuesto las partes. Este es un paro político”, sostuvo Villegas.
Por su parte, Lacunza defendió su propuesta con el argumento de que incluye una cláusula gatillo de aumento por inflación. Como en la oferta anterior, la provincia propuso un acuerdo por tres años, hasta el 2019. El aumento del 21 por ciento para este año es en dos tramos: 11 por ciento ahora, retroactivo a abril, y el resto en octubre.
En cuanto al ítem por presentismo, se trata de una suma condicionada a que los docentes bajen el ausentismo en un 10 por ciento, en una comparación interanual. El esquema consiste en el pago de un plus a aquellos docentes que no tengan ninguna falta –aunque fuera justificada–. Es una propuesta flexibilizadora en el sentido de que afecta derechos laborales básicos, como las licencias en caso de un problema de salud. En el debate con la gobernación, los dirigentes sindicales vienen planteando que la respuesta adecuada al ausentismo es un mejor control de las licencias que se otorgan y no esta medida, que presiona a los maestros a ir a trabajar enfermos. Finalmente, para 2018 y 2019 la provincia planteó garantizar aumentos equivalentes a la inflación, más el 10 por ciento de esa suba.
Este esquema sigue estando lejos del reclamo del 35 por ciento de aumento planteado por los docentes. En su ofensiva, la gobernación dejó a ese pedido muy desdibujado. “En lugar de estar pidiendo incremento estamos pidiendo que nos paguen”, sintetizó desde el Suteba María Laura Torre.
Fuente: pagina12.com.ar