La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) cumplirá con la palabra empeñada a Mauricio Macri, y el blanqueo impositivo comenzará la primera semana de agosto. Las reglamentaciones que el organismo tiene que terminar de redactar para llegar a tiempo con la puesta a punto del llamado estarán publicadas desde la semana que viene y, como mucho, la primera de agosto. La intención es que para el 8 del próximo mes todo esté en marcha.
Uno de los capítulos más polémicos que quedarán claros en la reglamentación que el Gobierno publicará en los próximos días es que la información que maneja la AFIP de parte de los que acepten el blanqueo no sean compartida con otras dependencias del Estado. O que si son compartidas, éstas no sean públicas.
El problema, crónico cada vez que un Gobierno decide avanzar con un blanqueo impositivo, surge a partir de la obligación que tiene el organismo recaudador de informar a reparticiones como la Unidad de Información Financiera (UIF) o la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) los movimientos financieros sospechosos.
Obviamente, en un llamado a blanquear capitales este tipo de operaciones se multiplican debido al crecimiento en la declaración de divisas fuera del sistema que se van registrando ante la AFIP. En tiempos normales, cualquiera de estas situaciones son informadas a requerimiento de la UIF o la Procelac sin mayores problemas, ya que el organismo sólo computa cuestiones tributarias.
La posibilidad de lavado de dinero o de otro delito financiero o fiscal es responsabilidad de las otras reparticiones. El problema que surge en un blanqueo es que los que declaran sus dólares fuera del sistema generan movimientos que pueden ser sospechosos para la UIF y la Procelac; y si la AFIP les enviara sin más estos datos a ambas reparticiones, éstas tendrían todos los datos de los contribuyentes que adhieran al del blanqueo impositivo. Si bien la información es secreta y está amparada por el secreto fiscal dentro de la AFIP, nada impediría que eventualmente algún deslizamiento surja de las otras dos reparticiones.
Secreto
Por otro lado, siempre, uno de los temores que más se debe cuidar para que un blanqueo sea exitoso es el secretismo de los adherentes, con lo que el compromiso que dé limitación del acceso a la información por parte de cualquier organismo fuera de la AFIP es clave. Por esto, se afirma, que sólo la UIF y el resto de los organismo de control de delitos financieros y fiscales accederán a los datos de los adherentes al blanqueo bajo pedido expreso de estas reparticiones y con el reclamo puntual de investigación de un eventual delito no impositivo vinculado al lavado de dinero, narcotráfico, etc.
Fuente: minutouno.com