El uso de los teléfonos celulares en las aulas generó un interesante debate entre docentes, directivos, autoridades políticas y familias. A llegado al punto de la presentación de un proyecto de ley en la legislatura bonaerense por parte del diputado Emmanuel González Santalla, de Unión por la Patria, que plantea su regulación, mientras que el ministro de Educación provincial, Alberto Sileoni, aseguró que una prohibición rígida a los dispositivos podría ser contraproducente.
Claudio Martini, inspector jefe de la Región 22 de Educación, marcó que «siempre estoy a favor del uso de la tecnología, pero hay que ver qué uso y en que ámbitos se da, sabemos que los teléfonos son distractores si están mal usados. La tecnología llegó para quedarse y los chicos están en formación; si hay usos pedagógicos, bienvenido sea. Ya tuvimos una normativa que prohibía el uso en aulas y no funcionó, tenemos probadas muestras. Ahora nos queda la gran tarea de educar en el uso de la tecnología, porque lo usamos para todo menos para hablar por teléfono».
«Siempre que se tira de un solo lado es complejo: este es un trabajo en equipo entre lo hecho en la escuela y lo que sucede en cada familia. El uso pedagógico, como cualquier medio tecnológico, debe ser enseñado y trabajado con responsabilidad» Claudio Martini.
En este sentido, agregó que «los chicos tienen que aprender que en el ámbito escolar el celular se usa solo con fines pedagógicos. Es un trabajo grande, pero tiene que ser el objetivo. Escucho gente hablar sobre el uso masivo de celulares en primaria, y si bien puede ocurrir en algún caso puntual, no lo veo de forma generalizada. Sí sucede más en la secundaria. Hay que enseñar que en este ámbito solo debe existir el uso pedagógico, solo si el profesor lo permite. La tarea fundamental es educar sobre su uso correspondiente a este ámbito».
Finalmente, Martini destacó que «es difícil de tamizar a partir de qué edad se empieza a usar el celular. Hoy vemos nenes en cochecitos ya usándolos, en ese caso siendo un tema de educación desde cada familia. Las familias también son protagonistas de la regulación de su uso, así como también lo es la escuela, pero debe ser un trabajo en conjunto. Es muy importante más la educación que el camino de la prohibición, poner limites y enseñar por qué existen esos los límites».