La CGT inició contactos con empresarios de primera línea para acordar un cese en los despidos. La cúpula de la central buscará un compromiso de carácter voluntario en la mesa de diálogo iniciada por el Gobierno, que tendrá su próximo encuentro a mediados de noviembre. El eventual entendimiento será para suplir la ley que el sindicalismo llevó al Congreso y logró aprobar con el apoyo de la oposición, pero que fue vetada por Mauricio Macri en mayo pasado.
Con la discusión por el bono de $2.000 de piso para el sector privado encaminada de manera individual por sindicatos, la CGT redireccionó su agenda de fin de año hacia la estabilidad de los puestos de trabajo. Y si bien el Gobierno alega que se revirtió la tendencia a la destrucción de empleos por una incipiente recuperación, el triunvirato de líderes de la central obrera pautó un esquema de contención del trabajo formal, en particular el ligado a sectores en la actualidad amenazados por las importaciones.
«Lo ideal sería un compromiso para no producir despidos que surgiera como iniciativa del empresariado en el concepto de responsabilidad social ante un contexto de depresión laboral», le explicó a este diario Gerardo Martínez, secretario de Internacionales de la CGT y jefe del gremio de albañiles (Uocra), al confirmar las tratativas con el ámbito privado. El dirigente afirmó que la posibilidad poner un límite a las cesantías debe partir, en principio, «del empresariado más importante del país» para luego generar un efecto contagio en el resto de la economía.
Ayer, el metalúrgico Francisco Gutiérrez dijo que sólo en su gremio (UOM) hubo en lo que va del año «20 mil trabajadores afectados por despidos o suspensiones». El dirigente, secretario de Interior de la CGT, comentó en radio Del Plata que en la actualidad «hay 1,5 millón de empleos en el sector industrial» y advirtió: «Si se abre la economía como en los 90, no sé cuántos puestos de trabajo quedarán». La UOM arrancó por su cuenta una serie de reuniones con las cámaras metalúrgicas, en paralelo con la discusión por el bono en el sector, para fijar una posición conjunta sobre la apertura de importaciones que amenaza a empresas de esa actividad.
En cuanto al posible acuerdo marco, del triunvirato de conducción de CGT Héctor Daer y Juan Carlos Schmid iniciaron una ronda de contactos junto con Gerardo Martínez entre ejecutivos de grandes compañías para asociarlos a la propuesta, que al igual que el bono de fin de año podría tener un formato de acuerdo político de cumplimiento voluntario. No sería el primero en la gestión de Macri: el 9 de mayo, ante un centenar de ejecutivos de grandes empresas, el mandatario presentó un documento con la firma de los directivos sobre una garantía de no reducir sus plantillas de personal por al menos 90 días.
Aquel compromiso, apurado al calor del debate parlamentario por la ley antidespidos y con ausencia de la CGT -sus líderes se ofuscaron con Macri en un encuentro breve que mantuvieron ese día en otro salón de la Casa Rosada y se retiraron antes de la presentación del acta compromiso- tuvo un acatamiento dispar y el Gobierno ni siquiera intentó prorrogarlo una vez vencido.
De hecho, en el equipo económico descreen de la viabilidad de medidas para impedir los despidos. En el Ministerio de Trabajo, a cargo de Jorge Triaca, alegan que poner un límite a la «tasa de salida» del mercado laboral tiene como efecto inmediato el inverso al deseado, al reducir en una medida similar la propensión empresaria a la contratación de personal. Se trata de un esquema que pone el acento sólo en la iniciativa privada para dinamizar el mercado de trabajo.
Los funcionarios a cargo de la continuidad de la Mesa de Diálogo para la Producción y el Trabajo se manifestaron en franco rechazo a cualquier medida orientada a obstaculizar las cesantías. Sin embargo, le aclararon a este diario que no impedirán un acuerdo de alcance voluntario en la misma línea del que generó la apertura de negociaciones sectoriales por el bono de fin de año. Sería, en todo caso, una muestra de buena voluntad por parte de sectores que, o bien no necesitaron producir despidos en lo que va del año y frente a algunas señales favorables del escenario económico no deberán efectuarlos, o bien ya redujeron personal en los últimos meses y equilibraron sus plantillas a sus planes de negocios. Tanto en el sector empresario como en el Ejecutivo dijeron que un verdadero desafío sería revertir la tendencia a la destrucción de puestos de trabajo entre pequeñas y medianas empresas, las más golpeadas por el bajón económico que se produjo este año.
Fuente: ambito.com