PESE A LAS INTERNAS LA CENTRAL OBRERA TIENE RESUELTO HACER UNA HUELGA SIN MOVILIZACIÓN
El Consejo Directivo de la organización sesionará desde las 14 en Azopardo 802. El Gobierno abandonó los intentos de seducción y lanzó una avanzada legalista. Exigirá cumplir el cupo femenino.
La CGT confirmará hoy que el 6 de abril se hará el primer paro nacional contra la administración de Mauricio Macri, como había adelantado este diario. La medida encontrará a la central obrera sumergida en una interna por su liderazgo, planteada tras los incidentes en la marcha del martes pasado, y al Gobierno incapacitado de debilitar la protesta a pesar de mantener vínculos estrechos con la mayoría de los sectores de la organización. Ayer apenas atinó a mostrar indicios de una avanzada legalista a través del planteo de hacerles cumplir a los gremios la ley de cupo femenino.
La mirada hoy estará puesta desde las 14 en el histórico edificio de Azopardo 802, adonde la CGT hará su reunión de Consejo Directivo. El libreto está definido: la huelga se hará el primer jueves de abril, como habían reclamado los sindicatos del transporte, y la modalidad será sin concurrencia a los lugares de trabajo y sin movilización. Se espera que una vez confirmada la convocatoria las dos CTA, que habían llamado a un paro para el 30 de marzo, resuelvan el cambio de fecha para acoplarse a la central mayoritaria aunque con la reserva de hacer una marcha por su cuenta durante la jornada.
La fijación de la fecha arrancó por el gremio más estratégico, el de los colectiveros de UTA, continuó por la «mesa chica» de la CGT, reunida la semana pasada en el sindicato de Obras Sanitarias y quedó asentada el lunes en un encuentro de los dirigentes que responden a Hugo Moyano. La posición disidente estaba en cabeza de algunos sindicatos industriales, con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) a la cabeza, que había planteado hacer la huelga el 30 de marzo aunque luego se allanó a la postura mayoritaria.
Aunque no hay voces discordantes anoche apenas circulaba una sombra de duda respecto de la actitud frente al paro de los gremialistas más permeables al Gobierno. Por caso, el mercantil Armando Cavalieri, que en su prolongado historial al frente del mayor sindicato del sector privado jamás exhibió posturas confrontativas. Tampoco lo hizo en este caso, en donde se pronunció una y otra vez a favor de no romper el diálogo con el Gobierno. En una línea similar se encuentra José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias. En este caso por una doble razón: el dirigente es el puente entre el Ejecutivo y la CGT para los fondos de las obras sociales, y además gestiona AySA, una de las principales empresas de servicios públicos.
En el resto de la central sindical la postura absolutamente mayoritaria es favorable al paro. En parte por una coyuntura económica que no da respiro y no muestra mayores signos de reactivación, pero también por la inquietud que sembró en la dirigencia la foto final de la marcha del martes pasado con los miembros del triunvirato, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, silbados, insultados y hasta agredidos por parte de la concurrencia. En el seno de esa conducción ayer reconocían la necesidad de no sólo definir la huelga sino también de articular un discurso único y sin las fisuras del exhibido hasta ahora por tres dirigentes de estilo diferenciado.
Un punto de la convocatoria de hoy que llamó la atención es que sólo fueron llamados los miembros del Consejo Directivo «electos en el Congreso» de unidad de agosto pasado. Así en teoría quedarán afuera abogados, asesores y dirigentes de sectores no partícipes de la conducción, como los de la Corriente Federal que orienta el bancario Sergio Palazzo. La restricción había generado ayer algunas protestas.
Desde el Gobierno, en tanto, no alcanzaron a capitalizar los traspiés de la CGT y resolvieron abandonar de momento los intentos de seducción. Las reuniones con los gremios industriales más golpeados por la caída en la actividad y la apertura de importaciones quedaron como meros pasos habituales de gestión y en los que los ministros de Trabajo, Jorge Triaca, y de Producción, Francisco Cabrera, apenas enumeraron promesas de atención a casos puntuales. Mientras que el plan de aliento a la producción automotriz, que presentó en persona ayer Macri, quedó como otro caso testigo de posible flexibilidad de normas laborales en pos del sostén del nivel del empleo como había sucedido antes con Vaca Muerta.
De todos modos, ayer Triaca insinuó un primer paso en la avanzada legal que planea desde su cartera contra la CGT y sus sindicatos asociados, que anticipó este diario. Recibió a una veintena de diputadas de Cambiemos para auspiciar un pedido de adecuación de la central obrera a la Ley 25.674, de cupo femenino. Aunque se trató apenas de una carta abierta a la dirigencia sindical en Trabajo explicaron que el ministro podrá tomarse de ese planteo para amenazar a la central obrera con hacerla cumplir con ese piso de representación femenina y con otros ítems legales vidriosos, como la existencia de un triunvirato en donde debería gobernar un secretario general en soledad.
Fuente: ambito.com