A pocos meses de cumplirse tres años de aplicación de la ‘nueva’ ley de alquileres, el Gobierno nacional busca derogarla, modificarla o al menos suspenderla, al entender que no ha arrojado los resultados esperados en el corto plazo. Fue sancionada el 3 de junio de 2020, y marcaba que los contratos tendrían una vigencia mínima de tres años, y que los precios podían actualizarse una vez por año, entre otras cuestiones.
Quien analizó esta novedad en fue Carlos Esteban, presidente del Colegio de Martilleros local. En primer lugar, fue tajante en su opinión sobre la ley de alquileres: «Fue pareja porque fue mala para ambos lados, tanto para propietarios como para inquilinos. Venimos reclamando desde antes que fuese sancionada sabiendo que iba a ser perjudicial. Un plazo de tres años es muy largo, y un ajuste anual con una inflación del 6% mensual es nefasto, todo sube mes a mes salvo los alquileres. Era hora de que el Gobierno tomara medidas, veremos en qué términos y condiciones sale».
«Todo aumenta todos los meses; a pesar de que aumente un 93% el alquiler, dentro de 3 o 4 meses ese precio ya quedó desactualizado. Aún así, el golpe es muy grande para el bolsillo del inquilino al subir tanto de una sola vez» Carlos Esteban.
¿Qué alternativas serían recibidas con mayor entusiasmo? El martillero aseguró que «lo ideal sería volver a los dos años de contrato, la ley como estaba anteriormente andaba bien. Hay que dejar que el ajuste sea un acuerdo entre el propietario y el inquilino. No nos oponemos a que haya un índice marcado por el Gobierno pero que sea cada 3 o 6 meses. La mejor manera de proteger al inquilino es incrementando la oferta, así el mercado se regula solo. Se tiene que incentivar que se construyan viviendas para poner en alquiler, que se den beneficios a la gente para que vuelvan a poner en alquiler las propiedades».
Esteban agregó que los alquileres no llegan a generar «una ganancia del 0,2% mensual del valor de la propiedad, cuando debería ser por lo menos del 0,8%. El problema radica en que la gente no tiene poder adquisitivo, y no se puede cobrar los valores que son necesarios porque la gente no los puede pagar. El valor de las propiedades en dólares ha bajado entre un 30% y un 40% en los últimos años. Departamentos que antes valían 70.000 dólares hoy llegan a valer 40.000. A pesar de eso, la gente sigue confiando en la propiedad y se siguen construyendo edificios, este proceso se va a revertir».
Por último, detalló que «en Bahía Blanca hay viviendas vacías que se ha puesto en venta porque no es rentable ponerlas en alquiler. Cuando percibo un alquiler que no me alcanza y tardo un año para reponer un calefón, eso no me sirve. Aún así, no hay tantas viviendas ociosas porque no mucha gente las puede tener vacías, ya que provocan un gasto muy grande. Sí es muy difícil conseguir casas en alquiler, porque es raro que se construyan para ese propósito».