Carlos Chesñevar, miembro del Consejo Directivo del CONICET Bahía Blanca

Tras los recortes impulsados por el Gobierno nacional en las distintas áreas del Estado, el Consejo Directivo del CONICET a nivel nacional lanzó un fuerte comunicado rechazando la no renovación de los contratos de aquellos trabajadores que cumplen tareas administrativas y técnicas. Allí mencionaron que estos trabajadores «permiten el funcionamiento de todos los institutos a lo largo del territorio nacional».

Carlos Chesñevar es miembro del Consejo Directivo del CONICET Bahía Blanca y director del Instituto de Ciencias e Ingeniería de la Computación. En comunicación con Radio Urbana, destacó que «en Bahía Blanca hay 12 institutos del CONICET agrupados en los Centros Científicos Tecnológicos (CCT). Este comunicado emitido desde el directorio fue refrendado por todos los centros. La problemática más acusante es la de los empleados del sector administrativo. Tienen contratos que se prorrogan anualmente, y este año se les notificó que sus contratos finalizaban el 31/3, son unas 50 familias en la ciudad y más de 1.600 en el país que quedarán sin empleo. Los institutos del CONICET y los investigadores realizan sus tareas con normalidad porque hay mucha gente que permite articularlas entre sí».

«Hay que imaginar qué pasaría en cualquier lado si se prescinden de secretarias y personal administrativo, se paralizaría las institución y sus tareas. En ningún momento se les dijo por qué se les cortaba el contrato o si se les iba a renovar. Esto genera un estrés psicológico enorme» Carlos Chesñevar.

Particularmente, el investigador detalló que «hubo algunas bajas en el área de Ciencia y Tecnología, ex Ministerio, pero el problema central es la incertidumbre. Este comunicado del CONICET se basa en que no se puede recibir una comunicación no formal en relación al futuro del personal. Solo hay trascendidos o comunicaciones telefónicas, nadie eleva una nota firmada diciendo qué va a suceder. Lo que sí es concreto es que hay proyectos aprobados del año pasado cuyos fondos no se han recibido, sin ninguna justificación. Hay personas que han sido promovidas debiendo recibir un ajuste salarial, y todavía no fueron notificadas».

En cuanto a la cuestión de los fondos generales para el funcionamiento del CONICET, que también están siendo recortados, Chesñevar afirmó que «la gente que trabaja en investigación no tiene ambiciones financieras, sino avanzar en investigaciones con relevancia en el ámbito social. La ciencia y la tecnología es un bien intangible necesario de preservar, todos los países lo promueven. La Unión Europea tiene programas marco de investigación de 4-5 años, donde los países ponen miles de millones de dólares para invertir en investigaciones tecnológicas y biológicas. Si bien no pretendemos eso en Argentina, buscamos certezas para poder organizar la vida de los investigadores y poder planear sus proyectos. Los salarios del personal del CONICET son pagados por el Estado. La problemática que hoy atravesamos es similar a la de las universidades, el dinero no alcanzaría para después de mitad de año. Se habla de refuerzos presupuestarios, pero de nuevo sentimos una incertidumbre que no nos permite planificar a largo plazo».

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