«Estamos preocupados porque no hay señales buenas hacia adelante». Lo dice el dirigente de la UIA y diputado nacional José Ignacio de Mendiguren quien en diálogo con ámbito.com habló de la existencia de «un triángulo muy complicado para la economía productiva». Ese combo lo conforman el dólar atrasado, las tasas de interés altas, y el aumento de la inflación.
«Lo que estamos diciendo es que en el sector industrial seguimos viendo con preocupación que no se recupera la actividad pero también que no hay señales buenas hacia adelante. Cuando ves que baja el dólar y sube la tasa, esto de Cambiemos no tiene nada, esto ya lo vivimos en la Argentina», afirma De Mendiguren y apunta a dos períodos puntuales: los que encabezaron los exministros de Economía Domingo Cavallo y José Alfredo Martínez de Hoz. «Cuando se instaló ese trípode de acceso irrestricto de capitales, suba de la tasa de interés y retraso del tipo de cambio, llamado bicicleta financiera, eso generó que el mayor ingreso de capitales a la Argentina sea de tipo especulativo, que vienen a hacerse de tasas del 20% en dólares cuando en el mundo está en el 2%», profundizó. Y remató: «Ya la experiencia nos dice que con esa tasa no hay negocio productivo viable».
El vocal de la Unión Industrial Argentina insistió con que «la historia nos dice que lo que sucede con estos capitales es que como a esa tasa de interés la economía productiva no despega, estos capitales llega un momento que se asustan y se quieren ir; y para que no se vayan les subís más la tasa, entonces repercute en que la economía es más inviable, y ese círculo en la Argentina siempre terminó de dos formas: mal o peor».
«Estamos preocupados. No hay que ser economista para darse cuenta que si hoy tenés el dólar más barato que hace un año y en el medio tuviste una inflación de más de 30%, una inflación en dólares de esa magnitud, ninguna economía productiva del mundo lo soporta», explicó De Mendiguren. «Uno puede comprender medidas de este tipo, de corto plazo, por una situación circunstancial, pero cuando eso se transforma en el eje de la política económica es una mala señal a futuro», añadió.
El extitular de la entidad fabril alertó que la Argentina «ha quedado como un país muy caro para producir», pero dijo que «no es por culpa de los productores» sino «por culpa del costo argentino». Esto es, según él, la tasa de interés, presión tributaria, costos logísticos, de la energía, «todo lo que es del portón para afuera, que nada podemos hacer nosotros sobre eso». «Entonces terminamos importando dentífrico de Reino Unido, espirales para mosquitos de Indonesia, nugget de pollo de Brasil, cerdos de Dinamarca, o vemos que un fin de semana largo hay 12 kilómetros de cola para cruzar la frontera hacia Chile y Paraguay. En la época que esto pasó, en la de Cavallo y Martínez de Hoz, era el ‘deme 2’ en Miami, ahora es el ‘deme 3’ en Chile, Paraguay y también Miami», aseveró.
«Lo que hay que hacer es no permitir que la economía argentina siga perdiendo competitividad, y mientras eso se logra, porque el Gobierno dice que es consciente y que va a trabajar en eso, evitar que se destruya el aparato productivo que queda», sostuvo.
Asimismo, reiteró que «el problema no está en la industria, sino que está en las tarjetas, las tasas de interés, los alquileres». «Entonces el Gobierno la respuesta que le encuentra a esto es importar. Con la importación los precios no bajan, y lo único que hace es reemplazar un taller donde trabajan 200 personas por un importador con una mesa y dos sillas».
Respecto al dólar, De Mendiguren opinó que «lo peor que podría hacer el Gobierno es volver a devaluar sin plan, porque ya lo hicieron y terminamos con una inflación de 40%». Por último, pidió «provocar un shock productivo para poner en marcha la economía» porque si el «triángulo» de dólar-tasas-inflación se consolida «Argentina solo es viable como un país de salarios bajos».
Fuente: ambito.com