Ayer por la tarde se presentó en la ciudad el nuevo Código de Ordenamiento Urbano Ambiental, destinado a regular y sentar las bases de la organización del tejido de la ciudad, las habilitaciones y los usos de los espacios. La exposición estuvo a cargo del arquitecto Martín Castro García, subsecretario de Planificación y Desarrollo Urbano.
El evento se llevó adelante en el Colegio de Arquitectos del Distrito X, y su presidente Aldo Braccini manifestó que el Código se trata de «una herramienta que tiende a cómo se va a desarrollar la ciudad, los lugares donde se viva, se dé el comercio, se circule, y cómo va a ser el impacto ambiental de todo eso». Para dar contexto histórico al asunto, recordó que «hemos sido una de las primeras ciudades de la Provincia con un Código de Planeamiento Urbano, creado en los 60′ y modificado en 1986. Pensar que las pautas de ordenamiento no cambiaron en 40 años es imposible».
Como punto fundamental, Braccini explicó que «vamos hacia una ciudad de corredores, recintos y nodos«. ¿Qué significa esto? «Los corredores principales, hoy destacados por su faz comercial, van a encerrar recintos en los cuales podamos vivir a otra velocidad. Se va a generar una sola zona centro más acotada que la que existe hoy. Esta zona va a tener una limitante de planta baja y 6 pisos de altura máxima. Dentro de esa zona centro va a existir los corredores, y allí se permitirá superar esa altura».
Por otro lado, los nodos responden a que «la idea de ciudad sustentable, ya que hoy tenemos una ciudad de habitación en el norte y de trabajo en el sur. La idea es potenciar las barrialidades y los centros barriales, que tengan sus servicios imprescindibles para generar puestos de trabajo en los mismos lugares donde la gente vive, para evitar traslados y contaminación».
Uno de los problemas a intervenir con la nueva modificación del Código de Ordenamiento tiene que ver con la densidad urbana de nuestra ciudad. Para ejemplificar, hoy Bahía Blanca ubica sus 310.000 habitantes en aproximadamente 130 km2. En comparación, Mar del Plata cuenta con alrededor de 700.000 personas en un rango de 80 km2. Esta gran extensión genera una enorme dificultad a la hora de dotar de servicios básicos como agua, cloacas o transporte público a los barrios más alejados del centro.
Por eso es que el arquitecto afirmó que «la ciudad no va a crecer más allá del anillo que hoy existe entre las rutas. Vamos a tener una ciudad dentro de los mismos límites con más densidad. El costo de ampliarse es muy alto. Es más caro llegar con los servicios a una ciudad con puntos tan lejanos. Van a crearse zonas diferenciadas, y se van a densificar aquellas donde ya hay infraestructura, bajando la densidad en el centro. Se tendería a una densidad más uniforme«.
¿Qué sucederá entonces en los barrios de la ciudad? Además de lo ya explicado con la creación de nodos, Braccini resaltó que «no podemos llevar viviendas multifamiliares a los barrios porque sería caótico. Éstos deben seguir siendo residenciales. La idea es que no se impacte con edificios en zonas donde hasta ahora no los hubo. Se busca fomentar en esos sitios los edificios más bajos, que guarden relación con el ancho de la calle».
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