«Al biologisismo no volvemos nunca más» | Deuda pendiente: el Estado y las identidades travestis

El problema de los casilleros de identidades a la hora de llenar formularios para trámites estatales, va más allá del tormento burocrático. Aquí críticas y propuestas para una relación más justa entre instituciones y personas.

Desde la aprobación de la ley de identidad de genero allá por el 2012 hemos recorrido un largo camino, si bien la unión con las fuerzas feministas ha logrado potenciar los reclamos y equidades, siempre hay un resabio de resistencia. A la larga o a la corta, por ejemplo, las acciones biologicistas administrativas del Estado cercenan el derecho a la identidad de género y lo siguen encasillando en las categorías sexuales femeninas o masculinas.

Quizás para los lectores avezados en esta temática que este medio ha sabido fomentar no sea un tema, pero muchas veces quienes leen columnas respecto del género no posean la noción del por qué hablamos de multiplicidad identitaria a la hora de reclamar por esa media vuelta de tuerca de la ley de identidad de género.

Si buscamos en los textos de la historia por la lucha de la ley en el Congreso veremos que gran parte de les legisladores confunden el concepto biológico desde el campo de la genitalidad con el concepto de construcción social identitaria. Si bien hoy circula una definición de lo mujer trans o varón trans como posibilidad inclusiva, destierra todas aquellas identidades no sujetas a esa transhegemonia, Acorrala a las identidades transgéneros en el corralito del binarismo, quedando excluidas identidades, sobre todo las identidades lesbianas y travestis, que históricamente desde lo legal, cultural y educativo han tenido un sello de fuego como categorías sociales negativas, abyectas, degeneradas, y en específico delincuenciables respecto de las identidades travestis.

UN CAMBIO TRANSVERSAL

Pero nada es antojadizo, más bien es una cuestión de poder, de control y dominación, imaginen Uds. que ese sistema de control social desde la biología tenga que adecuarse a los tiempos modernos en donde el tercer milenio sacó a la luz la existencia de seres humanos más allá de la genitalidad y la sexualidad. Se tendría que reorganizar todo un Estado desde sus tres poderes y las líneas del control de cada uno sobre la población con la inclusión de las categorías identitarias existentes.

Reformularía un nuevo contrato social, pero con la variante que la propiedad y la economía ya no serían los puntos fundamentales de acción política y social, sino el hecho de reconocer a los grupos sociales como universales a la soberanía Estado – Nación creando un nuevo eje Estado – capitalismo – democracia, haciendo temblar a los poderes de clase social y capitalista que han sido llevados al máximo de su dominación a tener que renegociar la redistribución por una mayor equidad social identitaria.

Nada más ni nada menos estamos redirigiendo la dignidad a todo ser humano, fuera de la clase social, la posición de poder económica y sobre todo del biologicismo que ha posibilitado por más de 7 décadas en argentina el exterminio sistemático de la población TTT (travesti, transgénero transexual) mediante los edictos policiales que han sido sostenidos aún por gobiernos democráticos.

UN PROBLEMA CONCRETO

Cuando me mudé para los alrededores de La Plata intente anotarme para el plan vacunatorio en su página WEB.

Grande fue mi sorpresa cuando vi que existe como campo la identidad autopercibida, lo que sin duda constituye un gran avance. Sin embargo estas multiplicidades identitarias están sujetas al binarismo sexo femenino o masculino rompiendo y violando uno de los máximos derechos de la ley de identidad de género y del nuevo código civil que hablan del respeto a la identidad, la dignidad y la inviolabilidad de la misma.

¿Cómo podemos ser sujetas y sujetes de derechos si el mismo Estado desde sus órganos administrativos no respeta ni las leyes, el CCyCN, la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales de DDHH.

Las acciones equivocas que Ministerios, Entes registrales del Estado no han podido hasta ahora solucionar, aun habiendo sendas leyes con las identidades suprimidas en sus registros administrativos a saber Ley de cupo laboral travesti trans Diana Sacayán de la Provincia de Buenos Aires, el decreto reglamentario expedido por el presidente de la Nación Alberto Fernández respecto del Cupo laboral a nivel nacional, hoy por entrar en discusión en las Cámaras del Congreso y fallos identitarios que siguen a la espera de los tiempos sin fin de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

¡HAY UNA LUZ! ¡SIGAMOSLA!

No todo está mal. Ha habido experiencias exitosas que bien estaría continuar y replicar. Bajo la gestión de la Dra. Alejandra Gils Carbó en la Procuración General de la Nación se creó un método registral que a mi entender es superador y practico. ¡Por qué no copiarlo? .

A su vez, la experiencia del Ministerio Público Fiscal merece ser compartida, ya que no se trata simplemente de cumplir con un cupo, sino de construir espacios de trabajo igualitarios. Algunos ejemplos: modificaron los formularios de ingreso y realizaron un legajo electrónico donde se eliminó el “campo sexo”. Solo existe el “campo género”. Ademas del binomio hegemónico femenino y masculino, existe la opción otro para ser autocompletado. En esta experiencia no ofrecen una lista de identidades, ya que se considera que siempre está el riesgo de omitir algunas. Dirán que es una cuestión de casilleros. Nada más lejos: implica repensar todo un engranaje que conlleva la gestión administrativa de un organismo, y en especial la que caracteriza al empleo público. Por ejemplo, cual es la valoración que se le da al certificado de antecedentes penales. La Procuradora en 2014 dictó una resolución, PGN N 1544/2014, que estableció modificaciones a ese requisito, estableciendo que las personas con antecedentes penales ( se sabe que las travestis caemos en cana cada dos por tres) pueden ser contratadas luego de 5 años de transcurrida la condena, basandose en criterios de no discriminación y reinserción laboral. Se trabajó en conjunto con el Bachillarato Trans Mocha Celis, se realizaron capacitaciones recíprocas entre ambas instituciones y también elaborábamos documentos y materiales. Entre otras modificaciones de fondo, se contemplaron las nuevas fuentes de filiación, y se introdujo la licencia por violencia de género, entre otras.

Si bien estas políticas que menciono como otras tantas, con la finalización de le gestión de Gils Carbó no se profundizaron, fue tal el avance producido durante esos años, que aún así, el organismo sigue estando a la vanguardia con respecto a otras entidades públicas, y en especial dentro de los propias pertenecientes a la administración de justicia.

El mejor momento que nos guardamos en el corazón fue cuando Lohana Berkins le agradece a la Procuradora y le dice “comenzamos a experimentar lo que es vivir en un estado de derecho, sobre todo en la justicia donde históricamente fuimos ninguneadas, no reconocidas, sino también porque hoy muchas compañeras trabajan en la justicia”.

Fuente: Página12

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