Hay ajustes pautados en gas, luz y transporte para noviembre y diciembre, en el marco de la revisión tarifaria integral. El Gobierno podría postergarlos para mantener en 20% el aumento de precios. Pero si lo hace, se acumularían en el primer trimestre de 2018 , afectando la meta del año próximo.
Si no se posterga la suba de tarifas, la inflación va a terminar el año por encima del 20%, señaló en un informe el Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano. Expresó también que si el índice de precios minoristas no superara el 1% de acá a diciembre, el objetivo del BCRA de un 20% anual podría alcanzarse. «Sin embargo, eso parece difícil, teniendo en cuenta los aumentos tarifarios aún pendientes para el corriente año. Su postergación podría favorecer el logro del objetivo del Banco Central», indicó Víctor Beker, director del CENE.
Con relación al año próximo, el informe consideró «llamativo el supuesto inflacionario de 8 a 12% incluido en el proyecto de presupuesto remitido por el Gobierno al Congreso». «No habiéndose cumplido la meta de 2017, que inicialmente era de 12 a 17%, tampoco parece factible alcanzar la de 2018, lo que tendría, como consecuencia, una subestimación de gastos, ingresos y déficit fiscal», añadió. No obstante, destacó que «los gastos están calculados con las remuneraciones creciendo a un 16% anual, lo cual resulta más realista, pero menos compatible con el objetivo inflacionario».
En la práctica, el gobierno tiene escasa posibilidad de postergar los aumentos de tarifas pautados para noviembre y diciembre. Esto es así porque la mayor parte de las subas fueron convenidas con empresas transportistas y distribuidoras de gas y electricidad en función de la llamada revisión tarifaria integral prevista en los contratos de concesión firmados al realizarse las privatizaciones en la década del 90.
Al haberse vuelto a los criterios de los contratos originales, sin una renegociación de las principales cláusulas, la postergación de los incrementos ya comprometidos, solo conduciría a mayores alzas en el futuro como compensación por la demora. De hecho, por el fraccionamiento de los ajustes de la revisión tarifaria integral, entre el primer y el segundo semestre de este año, y el primer trimestre de 2018, está prevista una compensación a las prestadoras que se aplicará en febrero en el caso de las eléctricas Transener, Edenor y Edesur, y en abril del año próximo para transportistas y distribuidoras de gas.
Impacto 2018
Esa compensación, más la aplicación de la tercera fase de los aumentos y el ajuste por inflación, permite prever desde ya un fuerte salto en las tarifas de los servicios públicos en el primer trimestre de 2018, lo que conspira contra el objetivo anual de inflación y el propósito de acotar los aumentos salariales a un límite del 15% o menos. Por otra parte, estos ajustes no reducen el déficit fiscal. Son mejoras en los márgenes percibidos por compañías de transporte y distribución para que cumplan un plan de obras y obtengan una tasa de rentabilidad de alrededor del 12%.
Los que sí reducen subsidios y gasto del Estado, son los aumentos en el precio estacional (mayorista) de la energía eléctrica y del gas en el ingreso al sistema de transporte. En apariencia, el ajuste en el valor de la energía no se repetiría este año, pero en febrero significará un alza del 28 al 30% en las facturas eléctricas de todo el país, para cumplir con la reducción de los subsidios al sector eléctrico, prevista en el presupuesto.
Sobre los aumentos ya anunciados, el gobierno sólo tendría la posibilidad de postergar el aumento en el valor del gas que significará un alza de alrededor del 14% en diciembre, además de las subas para transporte y distribución. Esto significaría resignar la tablita de aumentos progresivos, escalonados y en dólares que el Ministerio de Energía, pautó para los próximos tres años, de modo que todos los usuarios terminen pagando por el gas lo que cuesta importarlo (en un promedio entre el comprado a Bolivia y el GNL para regasificar).
Pero una eventual postergación en el ajuste del gas, significaría demorar la baja de subsidios tanto para este año como para el próximo. Por otra parte, el triunfo que se anticipa para el oficialismo en las elecciones del 22, dejan espacio político para que las subas no se posterguen y por el contrario, traten de anticiparse por si en el futuro, cambia el humor social.
Fuente: ambito.com