La Argentina vivirá esta noche una experiencia inédita en su extensa vida política: por primera vez habrá un debate entre dos candidatos que van a un balotaje presidencial representando dos modelos de país. Según consignó Tiempo Argentino, ambos dedicaron las últimas horas a entrenarse para la pulseada que se realizará en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires a partir de las 21, convocada por la asociación civil Argentina Debate (ver aparte).
Llegan con desafíos distintos: Daniel Scioli, el candidato del FPV, necesita captar la mayor cantidad de votos posibles del electorado que apoyó a postulantes de otras fuerzas políticas para equilibrar la diferencia que su rival logra en las provincias del centro del país. Mauricio Macri llega confiado en un triunfo del frente Cambiemos, pero estará obligado a brindar las definiciones que hasta ahora no aportó, y que le dejaron espacio a Scioli para acortar la distancia con que el jefe de Gobierno porteño arrrancó el 26 de octubre.
A siete días de la votación que definirá el futuro del país para los próximos cuatro años, el debate se convertirá en el mayor acto comunicacional de una semana que tendrá sólo cuatro jornadas más de actividades proselitistas antes de que comience la veda.
La estrategia programática de Daniel Scioli
El gobernador bonaerense sabe que hoy se juega su futuro. A una semana del balotaje, la performance que despliegue esta noche será clave para que buena parte del casi el 10% de los indecisos que muestran las encuestas se defina a su favor. Y, si se puede, también algunos electores macristas no convencidos. Es que la apuesta de Scioli es puntualizar propuestas, medidas propias, pero también denotar todo lo que desde el espacio de Cambiemos no se revela.
La cuestión de las formas también será importante. Scioli pretende contrastar su exposición programática para diferenciarse así de la campaña abstracta y sentimental que desarrolló la alianza de Mauricio Macri.
La intención es mostrarse enérgico, propositivo y claro, pero no entrenado o con respuestas preestablecidas. «Yo soy más espontáneo, me dejo llevar por mi instinto y tengo una idea central que día a día se va reafirmando en el mostrador en la vida cotidiana de la gente, que tiene que ver con el golpe devaluatorio e inflacionario de Macri, que eventualmente de ser electo, va a generar efectos devastadores en el salario de la gente», contó ayer en declaraciones radiales. Desde el entorno de Scioli aseguran que el candidato va a transmitir su mensaje «de la manera más natural posible» en contraste del «tono de amor y paz impostado» del espacio opositor.
dejar en claro que la opción opositora es peligrosa para el bolsillo de los trabajadores y la clase media, a la vez que la propuesta propia es la más inclusiva y segura. Si bien destacará la continuidad de las políticas laborales y de regulación del mercado, también se focalizará en sus características personales como «la moderación», «la tranquilidad» y «la disposición al diálogo con todos los sectores».
El desafío, remarcan, es poder plantear en diez minutos todas estas propuestas. Es que las reglas del debate imponen que cada candidato tiene dos minutos por tema, para cuatro temas en total, más dos minutos de cierre. «Es necesario sintetizar en esos diez minutos todo el mensaje que tiene para dar, porque nuestro mensaje es más complejo que el de ellos. Desde la alianza Cambiemos están con la ola de amor y paz. En cambio nosotros tenemos que explicar las medidas de estos años, todo nuestro proyecto político, a lo que se suma la necesidad de exponer todas las incongruencias del otro espacio, algo que viene haciendo en cada entrevista. Nosotros tenemos que decir lo que ellos no quieren decir», advierten.
Con el claro objetivo de conquistar al votante que en las elecciones generales optó por Sergio Massa, Scioli también enfatizará las propuestas que van en consonancia con las que había hecho el tigrense, como el 82% móvil en la jubilación mínima y la baja en Ganancias.
Las cuatro espadas político comunicacionales que estuvieron alrededor del candidato del FPV esta semana con la misión de preparar la exposición, fueron el jefe de Gabinete provincial Alberto Pérez, su mano derecha Carlos Gianella, el presidente del Banco Provincia Gustavo Marangoni y el secretario de Comunicación Pública de la Provincia, Juan Courel.
Por lo pronto, Scioli estará acompañado hoy por todo su Gabinete provincial y con sus eventuales futuros ministros. También habrá gobernadores peronistas que marcarán su presencia en la Facultad de Derecho para dar muestra del respaldo institucional con el que cuenta el candidato del oficialismo.
Por lo pronto, Scioli adelantó algo ayer: identificó a Macri con el Fondo Monetario Internacional (ver página 4). «Esto es lo mínimo que voy a decir mañana», advirtió.
Macri, obligado a dar definiciones
Mauricio Macri experimentará hoy el quinto debate público de su carrera política, pero el más determinante para su extensa campaña proselitista como candidato presidencial, originalmente impulsada desde el PRO y ahora bajo el signo de la alianza Cambiemos, que comparte con la Coalición Cívica y la UCR. Alrededor del alcalde saliente se respira el nerviosismo de una eliminatoria por penales, pero algunos destacados miembros de ese entorno explicaron que «el debate no es de Scioli ni de Macri, es un deber de la democracia, después todo lo demás es relativo.» El mensaje intentó restarle importancia al impacto que puede tener la contienda discursiva para los dos protagonistas del balotaje del domingo próximo, pero Macri pasó casi todo el viernes encerrado en la sede del Gobierno porteño junto con el secretario de Comunicación Miguel de Godoy, el consultor Jaime Duran Barba, el secretario general Marcos Peña, el editor Pablo Avelluto, el periodista Hernán Iglesias Illia, el subsecretario de Contenidos Federico Suárez, y el legislador Fernando De Andreis.
«Esperamos a un Daniel Scioli muy agresivo, que intentará ganar el debate y para eso nos estamos preparando», contó ayer uno de los escuderos comunicacionales que participó del extenso entrenamiento.
Hacia afuera, el equipo de campaña del PRO definió que Macri fortalecerá sus definiciones propias. Puertas adentro, los ejercicios intensivos del viernes estuvieron orientados a la autodefensa discursiva del alcalde saliente para sortear algunas debilidades que, a los ojos de sus críticos, y también de algunos de sus exégetas, son notorias, como la ausencia de definiciones programáticas sobre el futuro de la economía nacional y las grietas administrativas que encierra la gestión porteña, especialmente en materia de contrataciones directas, licitaciones y adjudicaciones, tres temas espinosos que van desde el caso Niembro hasta la omnipresencia de su amigo Nicolás Caputo, el poderoso desarrollador inmobiliario.
El «coaching» definitivo arrancó a las 8:30 de la mañana del viernes y solo tuvo una breve pausa al mediodía cuando Macri recibió al medio scrum de Los Pumas, Tomás Cubelli. Como si fuera un arquero, Macri atajó penales discursivos disparados por sus asesores, que patearon diseños comunicacionales hasta entrado el crepúsculo. «El sciolismo viene esperando que llegue este debate para que sea una inflexión, pero nosotros creemos que el debate es parte de la campaña y por eso consideramos que es muy difícil que defina la campaña», confió otro asesor macrista.
«Para estos debates Macri ha evolucionado y está preparado incluso para la repentización porque siempre hay espacio para eso», explicó uno de los conductores del entrenamiento, para anticipar que, ante los cuestionamientos de su adversario, el alcalde saliente estaría dispuesto a arrepentirse, o a reconocer errores ante los eventuales cruces de su competidor. La estrategia no estará orientada a contestarle a Scioli, sino a hablarle al público televisivo.
«Los candidatos no pueden tomar el debate para sí mismos porque son para que la gente elija, y Macri está dispuesto a hablarle al público, no a pelear con Scioli», resumió otro sparring comunicacional del líder del PRO, que ya tiene sobre sus espaldas varios debates de este tipo.
«Los que piensan que una fuerza política puede gobernar la ciudad y la provincia sólo por marketing político, no sólo nos subestiman y se equivocan, sino que subestiman a los votantes. Acá la disputa será entre un partido viejo, del siglo 20, y una fuerza nueva, como el PRO, del siglo 21», retruca uno de los mariscales del campo de batalla comunicacional para negar la matriz liberal y de centroderecha del partido amarillo.
Una amplia temática y reglas estrictas
Una semana antes del balotaje, los candidatos presidenciales Daniel Scioli y Mauricio Macri se enfrentarán en un debate televisado en el que discutirán sus políticas de gobierno. Comenzará a las 21 y se transmitirá en vivo desde el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la UBA.
Bajo el título “Argentina Debate 2015”, los postulantes del Frente para la Victoria y el de la alianza Cambiemos expondrán sus propuestas en cuatro grandes áreas que se distribuirán en tres bloques: “Desarrollo económico y humano”, “Educación e infancia”, “Seguridad y Derechos Humanos” y “Fortalecimiento democrático”. Entre los temas que se pretende abordar en los 75 minutos que durará la emisión, se destacan las políticas de subsidios a empresas, la inflación, el tipo de cambio, la negociación con los fondos buitre, la relación con los Organismos internacionales de crédito y la problemática del narcotráfico. Habrá un apartado para que los candidatos propongan soluciones a la “trata de personas” y la violencia de género. Se hablará sobre los roles de las Fuerzas de Seguridad e Inteligencia. Y sobre los juicios por crímenes de lesa humanidad, la “Independencia judicial” y la soberanía de las Malvinas.
Los periodistas Rodolfo Barili, Marcelo Bonelli y Luis Novaresio moderarán el debate, que tendrá una dinámica estricta. El moderador realizará una introducción al tema. El candidato A tendrá hasta dos minutos para hacer su exposición. Luego, el otro postulante tendrá hasta un minuto para formular una pregunta. El candidato expositor tendrá el mismo tiempo para responder. Su interlocutor replicará haciendo una nueva pregunta. El candidato A tendrá nuevamente hasta un minuto para contestar. Acto seguido, el candidato B inicia la misma dinámica con su exposición de dos minutos sobre el mismo tema.
Los candidatos no podrán llevar objetos, documentos, apuntes, teléfonos, libros, diarios, revistas y no podrán mostrar gráficos ni láminas. Solo tendrán una lapicera y hojas en blanco. Scioli estará ubicado a la izquierda de la pantalla; Macri, a la derecha.
Fuente: Infonews