Las terminales automotrices profundizan su crisis por la debilidad de las exportaciones. Además, el repunte de la demanda interna es cubierto por importados. Su participación creció de 60 a 71 por ciento en un año.
La industria automotriz sigue en modo reversa. La producción nacional de vehículos se retrajo 5,9 por ciento en abril respecto de marzo y un 15,1 por ciento contra igual mes del año pasado, informó ayer la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). Desde la entidad buscaron explicar la caída por tres días menos que tuvo el mes respecto del año pasado, pero el acumulado del primer cuatrimestre mantiene la tendencia a la baja. La producción hasta abril fue de 128.635 unidades, un 9,8 por ciento inferior a la de igual período de 2016. Las exportaciones retrocedieron 10,3 por ciento en términos interanuales y las ventas a concesionarios oficiales crecieron 12,6 por ciento. No obstante, pierde participación la industria nacional, que pasó de representar el 40 por ciento de las ventas en el mercado interno en el primer cuatrimestre de 2016 al 29,1 en igual período de este año. La diferencia se compensa con importados.
La pérdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora y la concentración de ingresos en una parte del sector empresario generaron un cambio en el patrón de consumo de vehículos que impacta en los niveles de producción local. A esto se suma la reducción del impuesto a los autos de lujo y la eliminación de toda restricción a la compra de dólares, lo que reactivó la demanda por vehículos importados, los cuales fueron ganando participación en las ventas en concesionarios locales.
Esta situación se evidencia en las ventas a las concesionarias. En abril las terminales enviaron 68.117 unidades a sus puntos de ventas oficiales, un 1,2 por ciento por debajo de marzo. En lo que va del año las ventas mayoristas ascendieron a 255.179 unidades, un 14,6 por ciento por encima de igual período de 2016 (222.652). En esas ventas, las concesionarias también incluyen vehículos importados que forman parte de su menú de oferta. Dentro del stock de ventas, la cantidad de vehículos nacionales en el primer tercio del año representó el 29,1 por ciento del total de esos envíos, mientras que el año pasado era el 40 por ciento y en el mismo período de 2015, el 46,1 por ciento. La caída responde a la incorporación de nuevos modelos importados, no sólo de unidades de alta gama sino también de segmentos más económicos. El resultado es que la venta interna de vehículos nacionales retrocedió en un 16,5 por ciento en la comparación interanual del primer cuatrimestre.
A esta situación se suman dificultades para la exportación, lo que genera un impacto negativo en la producción. La producción de abril ascendió a 37.730 vehículos, lo que representó una baja de 5,9 por ciento contra marzo y 15,1 por ciento interanual. La caída se focalizó en el segmento de mayor penetración de importados, como es el de automóviles, que se retrajo 33,2 por ciento respecto de abril de 2016. En utilitarios hubo un aumento de 5,9 por ciento interanual. En el acumulado del año se mantuvo la tendencia: la producción de automóviles retrocedió 29,3 por ciento, mientras que en el segmento de utilitarios se registró una mejora de 14,5.
Por su parte, las automotrices exportaron 18.571 vehículos entre autos y livianos, lo que refleja un avance de 6,1 por ciento respecto de marzo pero una caída de 10,3 interanual. En el acumulado de enero a abril, las terminales vendieron al exterior un total de 58.764 unidades, es decir, un 5 por ciento por encima del volumen que se registró el mismo período del año pasado. En la torta exportable se destaca la pérdida de participación del mercado brasileño en el acumulado del año, que pasó a comprar 11.020 unidades argentinas menos que en el primer cuatrimestre de 2016. De esta manera, el mercado brasileño pasó a representar el 58,8 por ciento de las exportaciones argentinas, seguido por Centroamérica (9,5), México (8,5), Perú (5,7) y Chile (4,8), entre otros.
El presidente de Adefa, Luis Ureta Sáenz Peña, remarcó a través del comunicado de la entidad que se hace necesario “atender de manera urgente las problemáticas vinculadas a la competitividad, como la alta carga impositiva, los costos logísticos, la mejora de la productividad y la apertura de nuevos mercados para poder contar con una industria sostenible a largo plazo”.
Fuente: pagina12.com.ar