Arroyo Salgado descubrió que el fiscal le mintió para justificar su regreso intempestivo de Europa. El ex titular de la UFI AMIA respondió así cuando la jueza la recriminó que dejara a su hija en el aeropuerto de Madrid. El falso argumento de la operación materna agravó la relación.
El difunto fiscal Alberto Nisman le mintió a su ex mujer Sandra Arroyo Salgado sobre las razones por las que interrumpió el viaje a Europa con su hija mayor para regresar a la Argentina y denunciar por encubrimiento a la presidenta Cristina Fernández. Esa situación generó una nueva y fuerte tensión entre ambos, quienes desde la separación, tres años y medio antes, no tenían una buena relación. Entonces Arroyo Salgado le anticipó a la hermana de Nisman, Sandra, que cuando regresara de Europa iba a «encarar la cuestión familiar en forma judicial».
Si la separación de ambos había sido «harto traumática», según la propia Arroyo Salgado, lo que se venía iba a ser mucho peor. La jueza federal de San Isidro había anunciado que planeaba zanjar las desavenencias en el terreno en el que ambos se movían: los tribunales.
Tiempo Argentino, reconstruyó el episodio en el que Nisman regresó sorpresivamente a Buenos Aires el 11 de enero pasado. Hay datos hasta ahora desconocidos y sorprendentes. Nisman suspendió una semana de esquí en Andorra con su hija mayor; le comunicó que se volvían por cuatro días a Buenos Aires para una «presentación importante» el día antes del regreso, almorzando en un hotel en Amsterdam. Pero él sabía de ese regreso desde hacía más de diez días; de hecho, tenía los pasajes antes de salir de Buenos Aires, el 1° de enero.
Arroyo Salgado no viajó desde Buenos Aires a Europa el mismo día que Nisman, sino mucho después. Llegó a Barcelona con su hija menor el 11 de enero. Dejó las valijas en el hotel y ambas se fueron a dar un paseo que duró unas cuatro horas. Cuando regresaron, la hermana mayor, que estaba con su padre supuestamente camino a Andorra, le envió un mensaje a la menor por un sistema denominado «snapchat» pidiéndole que Arroyo Salgado se comunicara urgente con ella. «La urgencia en hablar conmigo era porque se encontraba en el aeropuerto de Madrid con su papá prontos a embarcar en un avión de Iberia de regreso a Buenos Aires», declaró Arroyo Salgado ante la fiscal Viviana Fein. Por la misma vía, le preguntó a su hija qué estaba pasando. «Me respondió que ella tampoco entendía mucho.»
Por cuestiones técnicas, no podía comunicarse con Nisman. Después encontró un mensaje de WhatsApp en el que aquel le explicaba: «Ayer tuve que suspender por unos días el viaje, concretamente coincide con la semana de esquí en Andorra, porque a mi mamá la tienen que volver a operar del hombro y quiero estar allá cuando la operen… quedate tranquila que ya conseguí pasajes para ir para París la semana que viene.»
Arroyo Salgado intuyó que le estaba mintiendo. No era la primera vez. «Yo no le creía los motivos que me dio como excusa para volverse. No le creía porque él ya me había mentido en varias oportunidades sobre distintas cuestiones, incluso antes de separarnos.»
En una situación de tensión y angustia, Arroyo Salgado buscó una comprobación. Llamó a la madre del fiscal, Sara Garfunkel, a quien supuestamente debían operar, y sólo recibió evasivas como respuesta. Entonces llamó a Sandra Nisman, hermana del fiscal y también hija de Sara Garfunkel, quien le confirmó que no había ninguna intervención quirúrgica prevista. En esa conversación le anunció que a su regreso, iba a acudir a tribunales para resolver la «cuestión familiar».
«La relación no era buena entre nosotros, no lográbamos entendernos, hace rato que teníamos puntos de vista muy distintos en varios temas, incluido en lo que hacía a la educación de nuestras hijas. Nuestras prioridades y formas de vivir y diferenciar lo laboral de lo familiar eran muy distintas. Por eso, para evitar todo conflicto que pudiera perjudicar a nuestras hijas, aún más allá de la separación –que ya de por sí fue harto traumática–, fundamentalmente yo prefería hablar y compartir lo menos posible con él, pues me afectaba mucho hablar con Nisman, especialmente cuando se ponía nervioso, incisivo, ansioso», declaró Arroyo Salgado.
El 13 de enero, cuando ya estaba en Buenos Aires, Nisman le envió un WhatsApp a su ex mujer, diciéndole que con su plan original su hija «sólo perdía la semana de esquí». Y, en tono de reproche, le espetó: «Tu tozudez impidió esto, como impide todo.»
La hija mayor no pasó sólo tres horas sola en el sector VIP de Iberia en el aeropuerto de Barajas, al que había accedido porque Nisman era «viajero frecuente» y solía viajar en Clase Bussines. En realidad, pasó toda la noche del 11 al 12 de enero. Sin ropa adicional a la que llevaba puesta, porque Nisman había despachado su valija. Tenía un teléfono celular que su padre le había dejado para que se comunicara con su madre. «Durante esa noche la llamé varias veces para asegurarme de que todo esté bien», explicó Arroyo Salgado. Al día siguiente, muy temprano, tomó un vuelo del «puente aéreo» Barcelona-Madrid para reencontrarse con su hija mayor. «Su papá le dijo que se volvía por razones laborales, porque tenía que hacer una presentación muy importante.»
Otro episodio tensó aún más la relación entre Nisman y Arroyo Salgado. El fallecido fiscal le envió a ella y a la hija mayor de ambos la foto de la revista Noticias en la que aparecía en la tapa. Arroyo Salgado le contestó muy enojada. «Yo estaba disgustada por todo lo que había pasado y porque me mandaba la foto en vez de preguntarme cómo estábamos, cómo nos habíamos arreglado sin ropa, sin que me dejase más dinero y sin saber si yo había podido arreglar el resto de los vuelos y los hoteles.»
Nisman respondió: «no entendés nada. No podía NO hacerlo». El «no» en mayúsculas lo resaltó el propio fiscal.
¿Nisman suponía que lo iban a apartar de la UFI AMIA? Así parece desprenderse de un mensaje que le envió a Arroyo Salgado: «Vos no entendés, no entendés que ahora vienen por mí.» La jueza de San Isidro le respondió que «no tenía de qué preocuparse». Y agregó: «Yo lo relacioné con una eventual decisión vinculada a la continuidad en la unidad fiscal especial. Le dije disfrutá este viaje tan especial y después, cuando volvés, ves que pasa, es más, hasta tal vez te hagan un favor sacándote de esa unidad. Esto último se lo dije porque desde que tomó a su cargo la investigación del atentado a la sede de la AMIA lo vi transformarse en algo que no era antes, fue cambiando un montón.»
Fuente: Infonews