El ex ministro de Salud afirma que todos los programas del Ministerio que encabeza Jorge Lemus están en franca retirada y que el dinero de los pacientes va directo a las prestadoras. La situación de los jubilados es dramática.
– ¿Qué opina de recorte al subsidio de cobertura de medicamentos del PAMI?
– Es una medida más que se inscribe en la redistribución regresiva de la riqueza y que afecta a los jubilados, a los que se les quita un derecho. El mismo gobierno habla de un “ahorro” de 1600 millones de pesos, pero no dicen que eso saldrá del bolsillo de los afiliados, que van a tener que gastar ese dinero en medicamentos. Además, es una medida cínica. Es obvio que quien tiene un yate, no puede tener una jubilación de 8500 pesos. O es un testaferro o no sé…
– Carlos Regazzoni dijo que se trata de una medida que apunta a la justicia social.
– Se utiliza falazmente un criterio de equidad: “como a algunos no le correspondería, se lo sacamos a todos”. Esa no es la discusión. Se trata de un derecho de quien hizo aportes al sistema, ¿por qué se lo quitan? Es un deterioro más de la calidad de vida. Muchos jubilados han caído bajo la línea de la pobreza. Esto se suma a los demás aumentos (energía, transporte) y los medicamentos representan un gran gasto de sus ingresos. El gobierno elije el camino de poner a los jubilados en un lugar como si fueran ricos. Hablan, por ejemplo, de un jubilado que tiene una prepaga. Hay muchísimos casos de que son los hijos quienes les pagan la prepaga a sus padres… ¿cómo van a hacer? La cobertura del 100 por ciento no es una dádiva ni un beneficio, es un derecho. Es una medida antipática, se la agarran con los jubilados. Hace acordar al descuento del 13 por ciento en el gobierno de De la Rúa.
– ¿Cree que puede haber riesgo sanitario para los jubilados que no puedan continuar con su tratamiento?
– Que no te quepa la menor duda. Además, no es la primera medida. Primero sacaron 160 medicamentos de la lista de cobertura. Era discutible si estaban bien o no incluidos, pero la discusión entonces debería centrarse en que los médicos ya no puedan prescribir esos remedios. Luego limitaron las recetas correlativas para tratamientos crónicos, que bajaron de siete a cuatro. Y ahora esto. La semana pasada la Provincia de Buenos Aires dejó sin efecto el programa que otorgaba hormonas de crecimiento a unos dos mil niños. Empieza a haber faltantes de todo tipo: oncológicos, retrovirales, tuberculosis. Incluso en algunos hospitales están empezando a cobrar porque no llegan a cubrir los gastos… Creo que estamos yendo hacia el modelo aplicado en Colombia, donde el 20 por ciento de la población no tiene cobertura y el sistema de aseguramiento hizo que el gasto por persona en salud pasara de 30 al 50 por ciento. Es un gran negocio para la medicina privada: ya no son papelitos, sino cash de los pacientes que va directo a las prestadoras.
– A la renuncia del secretario de Salud Comunitaria, Néstor Pérez Baliño, se suman otros despidos, como el de Carla Vizzotti, y una reestructuración del organigrama, ¿cómo evalúa el primer año del Ministerio de Salud de Jorge Lemus?
– El año fue nefasto. El doctor Ginés González García dijo que es el peor ministerio de la historia. Y tiene razón. Es un retiro absoluto pero planificado de toda la presencia, con recursos humanos, monetarios e infraestructura. Todos los programas del Ministerio de Salud están en franca retirada. Al doctor Pérez Baliño le gustaba decir que el ministerio solo debe dictar normas, que las provincias se tienen que hacer cargo de las prestaciones. Al programa de inmunizaciones le bajaron categoría y lo reconvirtieron en una oficina de compras de vacunas. Basta con ver los números. De 2013 a 2015, comprábamos 75 millones de preservativos por año. Ellos compran la mitad para dos años. Leche: anualmente comprábamos 18 millones de kilos. Ellos, para 2 años, 4 millones 500 mil. Al 30 de noviembre de 2015, para el tratamiento de SIDA, pasaron de comprar medicamentos por 1 millón 250 mil a sólo 500 mil: lo redujeron un 40 por ciento. El Remediar lo bajaron un 40 por ciento y va a desaparecer en 2018, ya se lo dijeron a las provincias. El programa de Médicos Comunitarios: se deshicieron del 25 por ciento del personal y pretenden transferir todo a las provincias. A Corrientes le sacaron más de 300 médicos y, como está en Cambiemos, no hizo ningún reclamo. Este es el proyecto. Un ministerio que no pone recursos. Va a aumentar la judicialización porque se están afectando derechos adquiridos. Uno se indigna. El diario La Nación dice que lo dejan a Lemus porque salvó a Macri cuando se atragantó con el bigote. No es así, lo dejan porque está pisando la caja y no ejecuta presupuesto. Es un ministro estrella. Y en la Ciudad hacía lo mismo.
– ¿Cómo seguirá la situación teniendo en cuenta el escenario que describe?
– Hay una cobertura mediática fabulosa. Pero el contraste que se va a produciendo con la realidad va definiendo las conductas de la gente. No sé qué pasará. La gente deberá castigar con el voto esta situación por más de que les digan que tengan que padecer un calvario por disfrutar de una fiesta durante 12 años. Creo que muchos jubilados van a ir a la Justicia, van a haber protestas. Y situaciones dramáticas: falta de suministro de medicamentos oncológicos, vih y tuberculosis… ¡tuberculosis!
– Pérez Baliño dijo que el faltante se originó en la gestión anterior, ya que no se hacían licitaciones desde 2013.
– Es una mentira. Como es un medicamento barato no lo producen los privados. Antes lo hacía un taller protegido de la Ciudad de Buenos Aires, pero no tenían aprobación de tránsito federal de Anmat. La primera ley que vetó Macri en la Ciudad fue la normalización de ese laboratorio que hubiera garantizado la producción de medicamentos para tuberculosis. En 2015, como la producción se estaba achicando, fuimos con la Secretaria de Comercio e intimamos a los laboratorios privados con la ley de abastecimiento para que se pusieran a producirlo. El actual gobierno no va a aplicar la ley de abastecimiento. Les aparece este faltante ahora, ¡hace 13 meses que gobiernan! ¿Teníamos que resolverle todas las cosas por cuatro años más? La solución que han puesto en marcha fue la que empezamos a motorizar nosotros, que era poner en funcionamiento al laboratorio estatal de Río Negro. El día que me fui del Ministerio, me senté con Lemus dos horas y le dije cuáles eran las cuestiones más urgentes, y la de provisión de medicamentos para la tuberculosis era una de ellas, porque siempre hay cosas por resolver. La gestión es así. Me puse a disposición, también a mis equipos: jamás nos llamaron.
Fuente: pagina12.com.ar