El mayoritario bloque del FpV-PJ avisó que esperaba una propuesta oficial para hoy si no se sentirán en “libertad de acción” para avanzar con el proyecto con media sanción en Diputados. Siete gobernadores se habían expresado en contra de la iniciativa; las centrales obreras a favor.
Bajo una enorme presión del Gobierno para frenar el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias aprobado en la Cámara baja, el Senado buscó ayer tender un último puente con el presidente Mauricio Macri, a quien –a propuesta de la conducción del bloque del Frente para la Victoria-PJ– le planteó la necesidad de convocar a una “mesa de diálogo” con todos los sectores involucrados: gobernadores, sindicatos y los bloques legislativos de ambas cámaras. Desde el Poder Ejecutivo mantuvieron ayer reuniones con distintos actores pero por separado. En un contexto de incertidumbre, y mientras las conversaciones continuaban hasta entrada la noche, se postergó el avance del proyecto en la comisión de Presupuesto y Hacienda. El panorama comenzará a definirse hoy a las 11, cuando se retome la reunión de todos los presidentes de bloque de la Cámara alta. De todas maneras, el jefe de la bancada mayoritaria, Miguel Pichetto, advirtió que si el macrismo no daba respuesta al pedido, ellos se sentirán con “libertad de acción” para avanzar con el dictamen sancionado en Diputados.
En un día de tensión, donde los principales dirigentes políticos del país se cruzaron en un sin fin de reuniones, negociaciones y conversaciones telefónicas, el Gobierno logró ganar un poco de tiempo en su objetivo de frenar la propuesta opositora aprobada en la Cámara de Diputados. Mientras el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, mantenía ayer una extensa reunión con 21 ministros de Economía de las distintas provincias, la comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado escuchaba las exposiciones del titular de la AFIP, Alberto Abad; ocho gobernadores y las tres centrales obreras. Tanto Abad como siete de los gobernadores se expresaron en contra de la iniciativa por considerarla de impacto fiscal negativo, tanto para el Estado nacional como para los Estados provinciales. Esa fue la postura que con distinto énfasis plantearon los oficialistas Gerardo Morales (UCR-Jujuy) y Diego Santilli (vicejefe de Gobierno-CABA) y los opositores cercanos a Cambiemos: Juan Manuel Urtubey (PJ-Salta), Rosana Bertone (PJ-Tierra del Fuego), Juan Schiaretti (PJ-Córdoba), Omar Gutiérrez (MPN-Neuquén) y Alberto Weretilneck (Juntos Río Negro).
Sin embargo, la incidencia de muchos de estos mandatarios en el Senado es relativa: poseen pocos senadores que les responden. En esa línea, fue relevante la ausencia de otros mandatarios peronistas, que no quisieron enfrentarse con el Ejecutivo ni mostrarse en contra de un proyecto que beneficia a cientos de miles de trabajadores. El único gobernador que asistió y defendió el proyecto fue el chubutense Mario Das Neves. Desde los sindicatos, en cambio, el respaldo fue unánime: la CGT, la CTA de los Argentinos y la CTA de los Trabajadores recordaron incluso que durante la campaña, Macri había prometido eliminar por completo el impuesto.
Ante los pronósticos tremendistas de Abad y los funcionarios del Ejecutivo, en el Senado advirtieron que la diferencia entre el costo fiscal de la propuesta opositora y la que originalmente había presentado el Gobierno es de aproximadamente 60 mil millones de pesos. “A las empresas eléctricas les condonaron 20 mil millones de deuda por decreto y ahora no quieren poner 60 mil millones para beneficiar a los trabajadores”, dispararon desde el FpV-PJ.
Luego de las presentaciones y en un clima espeso por la presión oficial, el dictamen de comisión con la media sanción de Diputados alcanzó sólo cinco firmas, cuatro menos de las necesarias para convertirse en despacho de mayoría. Los que estamparon su respaldo a la iniciativa fueron Juan Manuel Abal Medina, Omar Perotti, Graciela De la Rosa, María Labado y Pedro Guastavino, todos del FpV-PJ. Los opositores que hasta anoche faltaban firmar eran el misionero Juan Manuel Irrazábal, el salteño Rodolfo Urtubey, el catamarqueño Dalmacio Mera (del FpV-PJ) y el cordobés Carlos Caserio, hombre que responde al ex gobernador y aliado massista José Manuel De la Sota. De todas maneras, en la oposición no descartaban conseguir las firmas hoy, según la posición que adopte el Ejecutivo.
La última carta
En paralelo, mientras todavía se escuchaban las exposiciones en la comisión de Presupuesto y Hacienda, a las 17 todos los jefes de bloques del Senado realizaron la reunión de Labor Parlamentaria, donde se definen qué temas se tratan en las sesiones. Allí se acordó, tentativamente, que hoy a las 15 sesionarán para debatir la ley de Emergencia Social y la modificación de la ley de ART (ambos proyectos consensuados por todas las fuerzas). Pero además, en ese encuentro se cocinó la última jugada para evitar una confrontación abierta con el Poder Ejecutivo. A propuesta de Pichetto, se pasó a un cuarto intermedio hasta hoy a las 11 y se envió de emisario al presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, para que le transmita al Gobierno el pedido propuesto por el FpV-PJ y acompañado también por el resto de los bloques, incluido el radicalismo. “Hay que bajar el conflicto, el Gobierno también. Si al Gobierno le preocupa ordenar las cuentas, resolver el problema, tiene que hacer un esfuerzo y tener una actitud en esa línea”, señaló ayer Pichetto, quien reveló que por la mañana mantuvo un contacto telefónico con el presidente Macri. Pichetto criticó el discurso agresivo del jefe de Gabinete Marcos Peña y, en cambio, elogió la carta del líder del Frente Renovador, Sergio Massa porque “fue en el camino de la apertura al diálogo”. Y se encargó de dejar en claro que el “compromiso” del PJ “es con los trabajadores” y que, de no lograrse un acuerdo que también deje satisfechos a los gobernadores, avanzarían con la media sanción.
A última hora de la noche continuaba una larga reunión del bloque del FpV-PJ, que cuenta con 38 integrantes y dos aliados. Si bien quedó prácticamente descartada la idea de tratar mañana mismo -sobre tablas– el proyecto aprobado en Diputados, no daban por caído el tema y preveían que podía firmarse dictamen y tratarse la semana próxima, sin necesidad de conseguir los dos tercios de los votos. Así, con 37 votos podrían convertir en ley la reforma de Ganancias y poner a Macri ante la disyuntiva de volver a vetar una ley que beneficia a los trabajadores. En la antesala de las fiestas y el inicio de un año electoral clave para el Gobierno nacional.
Fuente: pagina12.com.ar