La Presidenta de la Nación utilizó la redes sociales y su página web para publicar un largo texto en el que conecta una serie de episodios a los que caracteriza de la siguiente manera: «Estamos ante un modus operandi de carácter global, que no sólo lesiona severamente las Soberanías Nacionales sino que además genera operaciones políticas internacionales de cualquier tipo».
El texto en cuestión relata que el entonces fiscal Nisman se reune en 2013 con las autoridades de la comunidad judía local y le dice que está dispuesto a poner «de sus propios recursos» para tratar de demoler el anunciado acuerdo con Irán plasmado en el Momotrando de Entendimiento y además agrega que de ser necesario, Paul Singer, el más connotado representante de los fondos buitre, estaría dispuesto a ayudar. Todo este episodio la presidenta lo toma de lo que cuenta en una columna Jorge Elbaun, ex director ejecutivo de DAIA, en el diario Página 12 de ayer.
La presidenta marca las contradicciones que al interior de las propias autoridades comunitarias generó esa oferta de Nisman entre quienes, desde el pragmatismo más cerrado estaban dispuestos a aceptar tal ayuda y quienes mantenían sus dudas, precisamente, por el origen de esos dineros.
Además de esta revelación, la nota de Elbaun que Cristina cita, relata con detalle el lobby local que algunos connotados periodistas argentinos desataron sobre las autoridades de AMIA y DAIA para que estas se opongan fuertemente al Memorandun de Entendimiento con Irán.
Cristina cuenta, además, el modo en que Singer financia ONG norteamericanas que funcionan como verdaderos grupos de presión que actúan sobre la política internacional. Así, la nota menciona cómo a partir de enero de 2013, cuando se informa sobre el acuerdo con Irán, «los miembros del ATFA (Fondos Buitres) decidieron incorporar el Memorándum como un ariete más para condicionar a nuestro país a negociar de forma más vulnerable frente a los fondos especulativos. Además se resolvió contactar a dirigentes y políticos argentinos (¿argentinos?) para solicitarles que se expidan críticamente sobre el Tratado, ofreciendo todo tipo de “colaboración” para defenestrar al Gobierno argentino.»
Después de esto, Cristina ofrece más información sobre el modo en que estos grupos se financian y sobre la relación del titular de una de esas ONG, la Foundation for Defence of Democracy, Mark Dubowitz, y su relación con Nisman, de quien se decía amigo personal.
«Estamos ante un modus operandi de carácter global, que no sólo lesiona severamente las Soberanías Nacionales interfiriendo y coaccionando el funcionamiento de los distintos poderes de los Estados, sino que además genera operaciones políticas internacionales de cualquier tipo, forma y color.
Pueden ser de lobbys que siempre “contribuyen”, hasta ataques financieros u operaciones mediáticas internacionales simultáneas, o lo que es peor, acciones encubiertas de distintos “servicios” destinadas a desestabilizar gobiernos.
Todo tiene que ver con la geopolítica y el poder internacional. Algunas veces sus efectos pueden ser globales sobre la paz, como por ejemplo impedir la posibilidad de un Acuerdo entre EEUU y otras potencias con Irán en materia nuclear, o colaterales como imposibilitar acuerdos que contribuyan, a que después de 21 años pueda haber Verdad y Justicia para las víctimas de la AMIA.
Como lo definió el Papa al referirse a la negociación entre las potencias y Teherán: “El primer paso hacia un mundo mas seguro y mas fraterno”.
Es que para muchos la paz es el mejor instrumento para lograr mayor seguridad global», ciarra su texto Cristina.
Es una pena que algunos pocos, aunque poderosos aún no lo hayan entendido o peor aún, no les importe porque no les sirve.
Fuente: Telam