La Casa Rosada vaciará la reunión de la Federación Argentina de Municipios convocada hoy en Costa Salguero para bloquear la designación de la kirchnerista Verónica Magario (La Matanza) como nueva jefa de ese colectivo de intendentes en reemplazo del peronista Julio Pereyra (Florencio Varela). El oficialismo ejecutará así el veto aplicado por María Eugenia Vidal a Magario en el primer golpe político tangible y visible al kirchnerismo residual del conurbano bonaerense.
El trípode Rogelio Frigerio, Sebastián García de Luca y Lucas Delfino hiló fino para impedir que la FAM siga bajo órbita kirchnerista. Tendió puentes con presuntos «Grupos», Esmeralda y Fénix, para aislar a Magario. Sobre un total de casi 800 municipios que integran la FAM, hoy estará ausente el grueso del bloque que comanda Cambiemos y también el sector de los independientes que, juntos, representan unas 500 intendencias de todo el país.
El viernes pasado, en el primer Encuentro Nacional de Intendentes convocado a pedido de Mauricio Macri en Tecnópolis, Frigerio, De Luca y Delfino tuvieron una reunión reservada con Gustavo Menéndez (Merlo), Gabriel Katopodis (San Martín) y Martín Insaurralde (Lomas de Zamora). Allí plantearon el veto explícito a Magario bajo el argumento de que el oficialismo aspira a recuperar el carácter institucional de la FAM que, durante el kirchnerismo, funcionó con un criterio partidario y, también, sectario en vinculo con intendentes afines. Y propusieron un esquema de presidencias rotativas por un año a partir de un/a jefe/a comunal peronista que no sea Magario, un intendente radical que sería Ramón Mestre (Córdoba) y un «independiente» en representación de los partidos provinciales, que sería el compañero de fórmula presidencial de Massa, el salteño Gustavo Saénz, actualmente en tránsito hacia Cambiemos.
La Casa Rosada no sólo vaciaría la FAM, también podría asfixiarla financieramente y potenciar el vínculo uno a uno con los intendentes para deslegitimar una eventual consagración de Magario como nueva jefa de la Federación, teniendo en cuenta que casi la mitad de los 800 municipios afiliados son peronistas.
El enfrentamiento de Vidal, y Macri con el kirchenrismo residual de La Matanza, municipio donde se refugiaron dirigentes identificados con Cristina de Kirchner como Roberto Feletti y Deborah Giorgi, es explícito. En la primera visita de Macri como presidente a La Matanza, anticipada por este diario, el jefe de Estado apartó a Magario y a Espinoza de su recorrida por la fábrica de gaseosas Manaos. En paralelo, Vidal presiona con un proyecto de división de ese municipio impulsado por el diputado GEN, Marcelo «Oso» Díaz.
Cambiemos ahora seduce a los intendentes del filo kirchnerista Grupo Fénix y del neo massista Grupo Esmeralda con atención personalizada. Marcos Peña cenó el lunes con Menéndez de Merlo y con un puñado de jefes comunales que se resisten a armar para Massa en el conurbano. Ni Menéndez ni Insaurralde asistirían hoy a Costa Salguero. Un vínculo «amigable» con la Casa Rosada tiene hoy más peso «metálico» en términos de gobernabilidad en los distritos que una demostración de fe hacia Magario y el kirchnerismo residual.
El oficialismo opera así en la batalla sorda que libra el peronismo en la estratégica tercera sección electoral, donde anida el principal bolsón de votos del conurbano, un motín clave para Macri y Vidal de cara a las legislativas 2017. Mientras desde Lomas de Zamora, Insaurralde se acerca a Massa; desde La Matanza, Magario y Menéndez apuntan sus radares a Daniel Scioli y a una eventual candidatura de la expresidente Kirchner.
Ayer Vidal encabezó la tercera reunión de gabinete ampliado y evitó cualquier mención a la elección de hoy para la FAM. La gobernadora se mostró con el pre-candidato radical Facundo Manes, quien hoy será recibido por el intendente de Quilmes, Martiniano Molina, en el primer Congreso Internacional sobre consumo problemático de drogas. El viernes, en Morón, Vidal abrirá el Foro de Intendentes de Cambiemos junto con Carlos Regazzoni (PAMI) y Emilio Basavilbaso (IVC).
Fuente: ambito.com