Ha generado fuertes repercusiones la intención del Gobierno nacional de Javier Milei de privatizar las centrales hidroeléctricas de nuestro país, marcado por ciertos sectores como la entrega de nuestra soberanía energética a empresas estadounidenses. La concesión por 30 años de las cinco empresas más importantes del país en este ámbito generarían poco menos de $700 millones de dólares, y la apertura de sobres se realizó este viernes.
Andrés Repar, vicepresidente del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz, marcó que «esto representa la concesión de una suma de 4.600 megavatios, una cantidad impresionante de potencia y energía que genera cerca de $100 millones de dólares al año. La cifra que se ofrece no responde a la renta que tienen estas centrales. Además, es una venta que no se sabe a dónde va a parar, es dinero que se esfuma en Buenos Aires, algo que poco tendrá que ver con el desarrollo de la Patagonia y la zona del Comahue. Desde las empresas se debe dar prioridad a una política de desarrollo territorial, algo que no se está cumpliendo, así como también se están salteando las leyes provinciales sin una perspectiva federal ni económica; es un tiro en los pies».
«Esta licitación nos quita la posibilidad que tiene el país y la región de darle rendimiento a la tierra cercana, y evitar que tanta agua se vaya al océano sin rendir los frutos que podría en el ámbito industrial, agrícola y ganadero, así como en el aspecto laboral» Andrés Repar.
Remarcando la situación del monto de la concesión, el especialista expresó que «cualquier dinero que pueda obtenerse por esta decisión se va a esfumar rápidamente porque no sabemos cuál será su destino. Estos proyectos surgieron con el objetivo de desarrollar la zona del Comahue, y esta concesión no responde en lo más mínimo a esto. Creo que en ese tiempo no habrá ninguna obra de importancia porque esto no les corresponde a los privados, que solo quieren sacar dinero de estas obras que ya funcionan. A la vez, hay una deuda pendiente con esta región, porque ese agua debe utilizarse para la expansión desde el Alto Valle. Es una posibilidad de desarrollo territorial que aún no ha sucedido, y la renta le corresponde al territorio».
