La semana pasada, la ciudad de Mar del Plata fue protagonista de la agenda nacional luego de un grave fallo en la red de distribución de gas domiciliario, dejando sin servicio a más de 700.000 personas. En ese sentido, desde el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Gas lanzaron un comunicado explicando punto por punto por qué sucedió esto, donde destacan las fallas técnicas en Vaca Muerta, la falta de obras por parte del Gobierno nacional, y una falla operativa de la empresa prestataria Camuzzi.
Pablo Van Den Heuvel, secretario general de STIGAS, marcó que «esto sucedió por una conjunción de factores, algunos fortuitos y otros prevenibles. Hubo un inconveniente de dos productores en Vaca Muerta que inyectan el suministro en el gasoducto que llega a todo el país. Allí, se terminó inyectando menos gas del necesario, haciendo que el sistema pierda su presión normal, terminando en estos problemas en Mar del Plata. A su vez, hay un problema de fondo que excede las fallas técnicas de los productores, y es la falta de infraestructura: Cuando se habilitó el gasoducto Néstor Kirchner en noviembre de 2023, faltaban obras complementarias que tenían que ver con la construcción de tres plantas compresoras para duplicar la cantidad de volumen que se puede transportar. Con eso se hubiera compensado fácilmente cualquier falla».
«Desde el viernes estamos en comunicación con los compañeros de Mar del Plata, donde se está habilitando el servicio casa por casa. Es un proceso que requiere mucho trabajo y tiempo. Hoy el sistema ya está equilibrado» Pablo Van Den Heuvel.
A esto, el sindicalista sumó que «es una situación que se evidenció en el corte de gas en Mar del Plata por una falla de la distribución de Camuzzi, cuando el domingo anterior se detectó una falta de presión del sistema. Este indicador fue cayendo de manera paulatina, y se hubiesen podido tomar acciones preventivas para evitar el corte de gas al menos en sectores críticos como hospitales, geriátricos. Cuando se dan situaciones de estas características se pueden tomar decisiones con el fin de evitar cortar el gas a los usuarios domiciliarios».
En conclusión, Van Den Heuvel afirmó que «el gasoducto Néstor Kirchner era una obra prevista desde 2015, que debió ser habilitada en 2023 para que muchas localidades no se quedaran sin gas. Aún así, faltan obras complementarias que se detuvieron cuando asume Milei, siguiendo su determinación de no hacer obra pública a través del Estado. Cabe destacar que en estos casos puntuales hubo iniciativa privada para hacerlas, con empresas que se han presentado a la licitación, pero el Gobierno no toma la medida política de avanzar. Es una decisión meramente política, no privada. Y es doblemente importante porque el gas es un servicio que tiene un gran impacto no solo en lo residencial, sino también en el desarrollo productivo nacional».