El proyecto de ley del presupuesto nacional para 2017 trajo malas noticias para la agroindustria local: la cartera agropecuaria recibirá apenas el 2,8% más que este año contra una inflación estimada que no bajaría del 30%. En este contexto los organismos descentralizados como el INTA, el Senasa, el INV, el INASE y el Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero, Inidep, se llevan la peor parte y cientos de puestos trabajo y líneas de trabajo para fomentar el desarrollo agropecuario corren peligro.
En el caso particular del INTA le fueron adjudicados $5.112 millones de pesos, lo que representa un recorte de $1.140 millones y, según adelantan fuentes del organismo consultadas, esta asignación de recursos «no logra cubrir el funcionamiento y continuidad de diversas líneas de trabajo, pone en riesgo los puestos de trabajo de más de 600 investigadores y discontinúa la histórica carrera de formación de becarios en la institución, entre otras consecuencias. Esto significa que se limita la capacidad de promover acciones para fomentar la innovación tecnológica de insumos y procesos para el sector agroindustrial, agroalimentario y forestal, a través de la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico».
Esta iniciativa va en contra de manifestaciones públicas del presidente Mauricio Macri quien expresó que el objetivo de su gestión radica en que la Argentina se convierta «en el supermercado del mundo», incluso yendo más hondo visitó en dos oportunidades las instalaciones del INTA (primero en Concordia (Entre Ríos) y luego en Castelar (Buenos Aires) donde destacó el rol del organismo para el desarrollo de la agroindustria nacional y el estratégico rol de sus investigadores.
Desfinanciación
Claramente la desfinanciación del organismo pone en peligro un sinfín de programas y líneas de investigación que acompañan al desarrollo territorial, la agricultura familiar y las economías regionales. Por ejemplo con su programa Cambio Rural acompaña a pequeños grupos de productores a organizarse, los asesora tecnológicamente y además les acerca líneas de financiación para sus emprendimientos que son motor de la agricultura familiar.
Para entender la magnitud y el alcance del organismo, vale detallar que el INTA tiene presencia en las cinco ecorregiones de la Argentina (Noroeste, Noreste, Cuyo, Pampeana y Patagonia) mediante una estructura que comprende: una sede central, 15 Centros Regionales, 6 Centros de Investigación, 52 Estaciones Experimentales Agropecuarias, 22 Institutos y más de 400 Unidades de Extensión. Dentro de esta estructura, en todo el país sus agentes trabajan en cuatro componentes estratégicos: investigación y desarrollo tecnológico, extensión y desarrollo rural, relaciones institucionales y vinculación tecnológica.
Su planta de trabajadores se incrementó el 2,5% en los últimos cinco años y desde el ente explican que en muchas de sus extensiones todavía hacen falta más recursos para cubrir las diferentes áreas de trabajo pero con la nueva asignación de recursos los problemas se agudizarían.
Por lo pronto, según pudo saber Ámbito Financiero diversos trabajadores, representantes y directivos del organismo se encuentran manteniendo reuniones con legisladores provinciales para hacerles llegar las implicancias de este recorte presupuestario.
Las próximas semanas serán decisivas porque continuará el debate en la Cámara de Diputados del proyecto de ley del presupuesto 2017 y también, en gran medida, se definirá justamente el modelo agroindustrial que realmente encararía la Argentina. ¿Supermercado del mundo a expensas de las economías regionales y la agricultura familiar?
Fuente: ambito.com