A partir de una medida adoptada por la Federación Mundial de Educación Médica, se abre la posibilidad de que graduados de la carrera de medicina de las distintas universidades nacionales puedan recibir la validación de su título en el extranjero. Si bien esto representa un reconocimiento a la educación superior argentina, también representa un problema si no se implementan políticas para frenar el éxodo de profesionales nacionales.
Pablo Badr, decano del Departamento de Ciencias de la Salud de la UNS, marcó que «hasta el día de hoy había un importante proceso de reconocimiento del título para su acreditación internacional. La modificación tiene que ver con la posibilidad de migrar a un país con reconocimiento académico automático de títulos, facilitando por ejemplo la realización de posgrados. Esto no cambia la posibilidad de trabajar en el extranjero sin validar el título, teniendo en cuenta que cada país tiene sus procesos y medidas de reconocimiento para poder trabajar allí».
«En la UNS se egresan unos 65 profesionales por colación. El 98% de los ingresantes terminan su carrera en los seis años estipulados, cuando en la media nacional solo el 25% lo logra. En general, se suelen tardar ocho años en hacer la carrera completa» Pablo Badr.
Por su parte, el decano expresó que «el problema de la migración de médicos al extranjero existe hace 80 años. En el caso de nuestra universidad, todavía no es una situación tan importante, aunque es una tendencia en alza en los últimos años. El año pasado, un 8% de nuestros egresados decidieron irse del país, incluso muchos de ellos sin siquiera esperar al acto de colación. Esperemos que esto no marque una tendencia, sino que solo haya sido un año particular. Nuestros graduados tienen la mejor preparación y es un orgullo tenerlos, pero es frustrante que se vayan tan rápido».
Por último, Badr se refirió a la situación de la construcción del edificio propio para el Departamento de Ciencias de la Salud. La obra fue impulsada por la universidad hace años, pero en los últimos meses recibió la noticia de que el Gobierno nacional finalmente no la financiaría: «Tuvimos la suerte de que, si bien licitamos, no pusimos en marcha la obra. Si hubiésemos empezado, habría sido una responsabilidad que no podríamos resolver, porque el Gobierno nacional le bajó el pulgar a la obra. Cuando se bajó la licitación, el Gobierno de la Provincia se acercó a financiar el 50% de la obra, con un valor de $1.500 millones. Es inédito que la Provincia decida financiar una obra que es de gestión nacional, pero lo ha hecho en las 20 universidades nacionales que hay en el territorio de Buenos Aires».