En las últimas horas se conocieron ciertos indicadores económicos favorables para la gestión del Gobierno de Javier Milei. Por ejemplo, la inflación en octubre fue del 2,7% a nivel nacional, marcando una importante baja respecto al inicio del año. En este sentido, se reavivó el debate acerca de la política económica que el Gobierno está llevando adelante.
Nicolás Dvoskin, economista y politólogo, afirmó en comunicación con Radio Urbana que «el concepto de bicicleta financiera responde a un análisis de un modelo económico que se estableció en Argentina, que tiene que ver con un negocio de acumulación de ganancias para sectores privilegiados que terminan siendo sacados a costa del endeudamiento del Estado. Es un tipo de deuda que tiene que ver con el sostenimiento de un régimen macroeconómico; si el Tesoro ofrece letras a una determinada tasa, genera que se reduzca la presión sobre el dólar y que incluso ingresen, lo cual tiene importantes efectos macroeconómicos».
Primero: ¿qué es una bicicleta financiera? Es un mecanismo gestionado desde el Estado donde los títulos públicos ofrecen una rentabilidad en dólares mucho más alta que los estándares internacionales. En general es la combinación de tasas altas en pesos y tipo de cambio estable.
— Nicolás Dvoskin (@ndvoskin) November 11, 2024
«Esto indefectiblemente termina en una crisis financiera; una crisis de deuda con fuga de capitales. Estas experiencias de querer captar dinero por la tasa de interés para que ingresen dólares y multiplicarse, termina con el Estado endeudado y una crisis económica que afecta más a los que menos tienen» Nicolás Dvoskin.
En cuanto a la historia de este tipo de mecanismos en nuestro país, el economista aseguró que «la bicicleta financiera tuvo su primera experiencia en Argentina con Martínez de Hoz en el ’77, que habilitó mecanismos con un tipo de cambio fijo a través de una tabla que marcaba el ritmo de devaluación programado. Si bien esto daba cierta estabilidad, generó una bicicleta que permitía que salgan más dólares que los que entran. Lo que se espera idealmente es que los dólares que entren sean para el desarrollo productivo y la inversión, pero lo que termina sucediendo es una especie de estafa piramidal que se financia con los nuevos actores que ingresan, lo que termina en un endeudamiento externo».
A su vez, agregó que «el mayor ejemplo de este sistema es bajo el Gobierno de Macri desde mitad de 2016 hasta principios de 2018, sin cepo y con las tasas de interés altas por las LEBACs. Los parámetros parecían buenos, hasta que se pidió el préstamo más grande de la historia al FMI, y allí finalmente estalló todo. Es una lógica muy frágil, que ahora es diferente porque hay cepo y acceso al mercado de capitales. Esto hace que no sea una bicicleta donde entran dólares masivamente desde afuera. Esto se articula con el blanqueo de capitales, que sí generó una entrada de dólares masivas pero que no van a reservas. Todo esto permite la promesa de rentabilidad en dólares».