Desde ABSA comunicaron que se han convocado a seis licitaciones con el fin de poner en valor distintas perforaciones hídricas. Tras la inversión, que ronda los $700 millones, se podrá aumentar en más de un 10% la cantidad de agua aportada al sistema de nuestra ciudad, en medio de la constante crisis hídrica que atraviesa Bahía Blanca todos los veranos.
René Albouy, doctor en Geología, resaltó en comunicación con Radio Urbana que «si bien no tenemos información directa de la empresa, esta es una muy buena noticia. Se van a poner en condiciones 30 perforaciones que están hechas, a las que se sumarían 25 más que se van a construir. Los pozos se construyeron entre 2008 y 2009, cuando la cota del Dique había bajado y se buscó otra alternativa».
Repasando la historia de estas perforaciones, el investigador marcó que «en base a estudios de la UNS, se propuso construir estos pozos puntualmente en los alrededores de Cabildo. Ahí se hicieron 16 pozos, más un número similar que hizo ABSA en el bajo San José. En su momento se pusieron en funcionamiento casi en su totalidad, y se logró paliar la falta de agua del Dique. Pasado eso, y cuando la cota del Dique se repuso, esos pozos se abandonaron. Con el paso de los años no se pudo prevenir el vandalismo, los daños en la red eléctrica, falta de alguna bomba, etc».
«Si bien no tenemos información precisa de ABSA, estimar que estos pozos pueden aportar el 10% del agua total del sistema no solo es lógico, sino hasta un poco conservador» René Albouy.
Albouy destacó que «acá no hay crisis de agua, porque eso sucede cuando no hay agua; esto es una crisis de administración de la gobernanza del agua, motivada por una falta de planificación y distribución. A través de la voluntad política tenemos la posibilidad de solucionar esta cuestión, poner en valor los pozos y recuperar el caudal de agua necesario. Depende de las características de la geología de cada lugar, pero muchos balnearios costeros se abastecen en un 100% de agua subterránea. En Cabildo tenemos ese recurso con excelente cantidad y calidad. Es agua de lluvia que no está sujeta a las fluctuaciones de la superficie, como sucede en el Dique, y cuando no llueve sigue habiendo un volumen de agua almacenado que se puede extraer».
Además, concluyó que «donde están estos pozos en cuestión, el agua puede inyectarse directamente al acueducto sin tratamiento, no tiene algas ni contaminación, ni es necesario clorarla. Es agua de lluvia que circula y descarga en arroyos o ríos. Lo que puedan demorarse estas obras tiene que ver con cuestiones de gestión, burocráticas, periodos de licitación, consultas, etc. Si es por su complejidad, de acá a fin de año tendría que ser factible tenerlas terminadas, no son trabajos tan complejos porque los pozos ya están construidos».