El Gobierno nacional frenó la construcción de la central nuclear del CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares), en un contexto de fuerte ajuste en la inversión estatal al sector de la energía nuclear. Autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) advirtieron que la entidad cuenta con el presupuesto necesario para funcionar únicamente hasta mitad de año.
Mauro Patrignani, licenciado en Física por la UNS y becario doctoral en CONICET, explicó en comunicación con Radio Urbana que «Argentina es un país de punta en este sentido, desde 1950 hay una política sostenida por sus profesionales de excelencia. Tenemos tres centros atómicos: el Constituyentes, el de Ezeiza y el de Bariloche. Estos a su vez tienen reactores nucleares. Desde 2006 se venía reactivando la energía nuclear desde el Estado argentino después del desguace de los 90′ del CONEA. Hoy el 8% de la energía consumida en el país es nuclear, tenemos reactores de vanguardia. Por ejemplo, el proyecto de CAREM es único en el mundo. Si no se hubiese frenado su construcción, hubiésemos sido el primer país en concretarlo, aún antes que China».
«La energía nuclear es la energía almacenada en el núcleo de los átomos. Hoy es muy importante después de los problemas que hubo con la guerra de Rusia-Ucrania. Desde los 2000 hasta 2018 hubo una política europea de apagar las centrales nucleares, que ahora con el cambio climático buscan reactivar porque es una energía muy limpia» Mauro Patrignani.
El investigador agregó en ese sentido que «no seria raro que haya una influencia externa de USA para frenar estas construcciones. Atucha III se dio de baja gracias a la influencia de Estados Unidos. Hoy tenemos un Gobierno electo democráticamente que, en el peor de los casos, no le interesa el desarrollo científico geopolítico del país, o quizás responde a intereses ideológicos de una gran potencia extranjera».
En ese sentido, Patrignani concluyó que «la energía nuclear es una herramienta geopolítica cada vez más fuerte en todo el mundo. Estamos en un momento de inflexión geopolítica entre Estados Unidos y la supuesta hegemonía de oriente. Hemos tenido convenios con China para la construcción de centros nucleares, y Estados Unidos no quiere perder su hegemonía en Sudamérica».