En el Council of Americas, Cabrera volvió a la carga contra el salario, como lo había hecho Prat-Gay a principios de año.
“Tenemos que bajar el costo del empleo”, sostuvo ayer el ministro de Producción, Francisco Cabrera, ante empresarios invitados al Council of Americas. El público era el adecuado para utilizar el libreto macrista de ganar competitividad vía contracción del salario, pese a que el empleo sea por estos día un tema delicado debido a los despidos masivos del sector público y privado y la pérdida de poder adquisitivo de los salarios por parte de los que aún conservan su trabajo. Cabrera no se alejó de consideraciones que ya habían hecho otros integrantes del Gabinete, como el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, para quien el salario era un costo a reducir este año. Cabrera sostuvo además que el problema “es la falta de demanda de empleo”, lo que relacionó con altos costos fiscales y falta de financiamiento. La ausencia más llamativa fue la del ministro de Energía, Juan José Aranguren, en un escenario de fuerte litigio judicial por los tarifazos.
La 13º edición del encuentro del Council reunió analistas, dirigentes y funcionarios, quienes expusieron sobre varios temas de actualidad económica y política del país y del mundo. El discurso de apertura estuvo a cargo del titular de la Cámara de Comercio, Jorge Di Fiori, quien sostuvo que la situación es delicada para el sector “por el costo argentino”. “Soportamos una excesiva carga tributaria y una infraestructura deficiente. El costo del transporte desde el interior a los mercados internacionales debe reducirse de manera sustancial”, sostuvo Di Fiori. La CEO del Council, Susan Segal, lo sucedió en la palabra y en su discurso se refirió al supuesto “entusiasmo que despierta el país a nivel global” debido al cambio de gobierno, a pesar de que eso no se traduzca en inversiones.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien junto a Cabrera fueron los únicos funcionarios nacionales presentes, hizo un recorrido por la historia de Cambiemos desde las elecciones del año pasado a sus nueve meses de gestión. “Prácticamente todos los temas planteados en la campaña electoral ya fueron encarados o resueltos, lo cual nos genera una enorme oportunidad o desafío”, afirmó Peña, pese a que el termómetro de la inflación marque un 45 por ciento acumulado anual, los aumentos de tarifas sigan trabados en la Justicia, haya sequía de inversiones y el desempleo se acerque a los dos dígitos. “La economía se va a recuperar, no tengo duda”, señaló con algo más de cautela el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
“Sabemos que el rol del empresariado es clave para revertir esta situación. Pero necesitamos también que el Estado siga creando las condiciones adecuadas para que estas inversiones se materialicen”, había señalado Di Fiori. Luego fue el turno de Cabrera, encargado de convencer a los empresarios de que apuesten al modelo económico que plantea el macrismo. El ministro consideró que “el tema más problemático que tiene la economía es la falta de demanda de empleo”. “Para mejorar esa situación el Gobierno impulsará una modificación tributaria y financiamiento para las pymes. La normalización económica tiene que pasar por la integración al mundo, pero cuidando el empleo argentino”, afirmó el funcionario. Desde las cámaras empresarias y gremios vienen alertando sobre el deterioro productivo y de empleo que generó en apenas unos pocos meses la apertura comercial que aplicó el Gobierno.
Los empresarios volvieron a escuchar definiciones que hacía más de doce años no eran parte del discurso oficial. “El país tiene un problema serio de competitividad y productividad”, dijo Cabrera, replicando cada palabra del habitual reclamo empresario. Para el gobierno la competitividad se logra vía devaluación y reducción del salario. El disciplinamiento a los trabajadores se planteó desde el primer día, cuando el ministro Prat-Gay sostuvo que los gremios deberían este año saber hasta qué punto poner en peligro el empleo con sus reclamos salariales. Ayer Cabrera retomó la idea al hablar de la necesidad de “bajar el costo del empleo” para estimular una lluvia de inversiones, que siguen frenadas ante un mercado interno que ya no es atractivo debido a que la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados redujo fuertemente la demanda.
Fuente: pagina12.com.ar