Luego de la victoria de Javier Milei en el balotaje del pasado domingo, aumenta la preocupación en el ámbito de las ciencias. El presidente electo advirtió en campaña que cerraría el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y que «el CONICET como existe hoy hay que cerrarlo«.
Alejandro Curino es doctor en biología, docente de la UNS e investigador del CONICET local, y marcó en comunicación con Radio Urbana que «estoy bastante preocupado y al borde de estar asustado. Echar a los científicos es sinónimo de no tener interés en ser un país desarrollado. Esto es algo que se da de forma cíclica, bajo el Gobierno de Néstor volvieron 1.300 científicos. Con un solo descubrimiento de importancia financiás todo el proyecto Raíces para la repatriación de esos profesionales».
«Si no tenés un proyecto de país independiente, si vas a entregar alegremente el litio, Vaca Muerta e YPF; en ese modelo claramente la ciencia no hace falta» Alejandro Curino.
El investigador recordó que se fue del país «en la crisis del 2001 después de terminar el doctorado. Toda mi educación fue en la escuela pública desde la primaria hasta la universidad, el pueblo me pagó la carrera a través de sus impuestos, y yo en ese momento estaba listo para empezar a producir. En ese año el ingreso al CONICET estaba cerrado, y el alquiler que pagaba en esa época era equivalente a mi sueldo como docente. Luego llegó el proyecto Raíces. Estuve años trabajando en los institutos nacionales y públicos de investigación de los Estados Unidos».
Para reforzar su mirada, recordó la historia del premio Nobel César Milstein, el cual «nació y se educó en Bahía Blanca, estudió en la UBA y luego se fue a hacer un posdoctorado a Inglaterra. Volvió a Argentina y se instaló en el Instituto Malbrán, donde empezó a investigar lo que años después le daría un Premio Nobel. Ahí llegó el Gobierno de Onganía, con la misma matriz económica y visión sobre las ciencias que el actual, y desfinanció su proyecto y equipo. Se fue en secreto de la Argentina para trabajar en Inglaterra, donde hizo su descubrimiento, que además de ser importante para la cura del cáncer también generó miles de millones de dólares«.