El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires compartió un informe que enciende las alarmas sobre la aparición de una bacteria llamada ‘Streptococcus pyogenes‘, origen de dolencias como faringitis aguda y otras afecciones como impétigo, celulitis y escarlatina. Según comunicaron, ya son 118 los casos confirmados y 16 los fallecimientos a causa de esto.
Diego Maurizi, infectólogo del Hospital Municipal, detalló en comunicación con Radio Urbana que «es el germen que produce la faringitis o la escarlatina tradicionalmente. A veces puede pasar de la faringe a la circulación general, provocando una situación invasiva, cosa que sucede en Argentina desde 2018. El informe del Ministerio marca que aumentaron los casos, y tiene que ver con una cepa que ya venía circulando y es un poco más invasiva. Es muy prematuro sacar datos, inicialmente creo que están desdibujados por la pandemia y es difícil compararlo con años anteriores. Es un puntapié inicial para empezar a registrarlos y quedarnos más tranquilos».
«Esta es la famosa ‘bacteria asesina que destruye la carne’, porque cuando llega a la circulación general produce una inflamación del músculo que genera casos graves» Diego Maurizi.
¿Por qué se da la afección de esta forma? «Un factor para que se produzca esto es que no tengamos anticuerpos específicos para esta bacteria. Tenemos que pensar que producimos anticuerpos por cantidad todos los días gracias a las bacterias en nuestro intestino, pero en algún caso no producimos justo el anticuerpo necesario y ahí aparece la enfermedad invasiva cuando la bacteria llega a la sangre».
El médico recordó a su vez que «los síntomas, además de los habituales de la faringitis, son la fiebre y el malestar general. Esto no es especialmente contagioso. En mayor frecuencia esto se da en niños menores a los 9 años«.
Por último, Maurizi hizo especial énfasis en que «no todos los dolores de garganta necesitan antibióticos, eso no es bueno porque las bacterias se terminan haciendo resistentes. El principal mensaje debe ser que hay que consultar al médico, que sabe cuándo recetarlo y cuándo no, no hay que automedicarse».