Regazzoni afirmó en una entrevista que “a los 65 años la gente puede seguir trabajando”. Con argumentos insólitos, habló de reducir la diferencia en la edad jubilatoria entre hombres y mujeres.
En una entrevista publicada en La Nación, Carlos Regazzoni, actual titular de la obra social de los jubilados, justificó la idea de un incremento en la edad jubilatoria. El funcionario macrista fue designado al frente del PAMI días después de la asunción del nuevo presidente, luego de nueve años de ocupar cargos vinculados al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Ante la pregunta del periodista Juan Miceli al respecto del aumento de la edad jubilatoria, Regazzoni aludió a que no era una decisión de su competencia pero, sin embargo, expresó abiertamente su punto de vista, argumentando que «en el mundo entero la gente a los 65 años está muy bien y puede seguir trabajando», que hacerlo favorecería a su vitalidad y que tienen «muchos años de vida saludable por delante».
El director del PAMI habló ligeramente de «inflación de la edad», invisibilizando el terrible desgaste físico que sufren millones de trabajadores y trabajadoras luego de años de trabajos que atrofian el cuerpo, de obreros «rotos», o del desgaste por los turnos rotativos que imponen las patronales.
Pero además, inducido por una pregunta del periodista, Regazzoni embistió particularmente hacia las mujeres trabajadoras, posicionándose por una reducción de la diferencia de edad jubilatoria entre hombres (65) y mujeres (60). El funcionario refirió a que, supuestamente, las mujeres son más longevas y «más sanas que los hombres», y adjudica esto a que son «más sociables, y eso les mantiene por más tiempo la vitalidad, la mente despierta, el corazón con vigor».
Sin embargo, Regazzoni no menciona que sobre las mujeres recae una situación de «doble jornada laboral», puesto que no sólo concurren diariamente a sus respectivos empleos, sino que además se encargan luego del grueso del trabajo doméstico en su hogar. En Argentina, el INDEC realiza la Encuesta sobre Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo y, según los últimos resultados de 2013, la participación total de los varones en el trabajo doméstico no remunerado era del 24 %, con un promedio de 2 horas diarias de dedicación, mientras que la participación de las mujeres ascendía al 76 % con 5,7 horas promedio.