Por reiterados incidentes en la Liga Municipal de Baby Fútbol de Bahía Blanca, la subsecretaria de Deportes hizo un llamado a la reflexión y suspendió la actividad del Club Deportivo y Cultural Leones por lo que resta del año.
La medida está relacionada a los incidentes ocurridos hace semanas atrás donde se produjo una grave agresión al árbitro.
En este marco, la escuelita de Fútbol «Armando Galucci» del Club Villa Mitre reconoce que el deporte representa un papel fundamental en la vida de todos los niños, niñas y adolescentes: «Somos formadores de personas, no solo jugadores de futbol, debemos dar el ejemplo», sostuvo en dialogo con Radio Urbana, el coordinador de la escuelita, Esteban Fernández.
Es así que «desde el club reconocemos el deporte como un derecho y como una herramienta eficaz para lograr la inclusión y el pleno desarrollo de los chicos. Pero para esto, tanto los entrenadores como las familias, deben dejar que los niños jueguen tranquilos y disfruten sanamente del futbol».
A su vez, destacó que los hechos de violencia que llevaron a suspender al Club Leones, «son episodios aislados».
El deporte como herramienta de cambio y el rol clave de los adultos educadores en ese proceso.
Según el psicólogo deportivo, Enrique Borgarelli, el motor que siempre debería alentar ese trabajo, es promover los derechos de los niños, en el sentido de respetarlos y colaborar para que se cumplan. como mencionamos, todos los chicos tienen derecho a la recreación y al juego en un ambiente sano y seguro.
«Cuando hay voluntad y adultos que realmente contribuyen al crecimiento de los pibes, se puede todo».
Sin embargo, para Borgarelli «cuando llegamos a la violencia es porque nos faltaron palabras y evidentemente hay otras razones que superan lo que debería ser el ‘sentido común'», explicó el especialista y aseveró que en esas ocasiones, «las principales victimas son las criaturas».
Asimismo, remarcó: «Los padres deben aprender a transmitir su frustración de otra manera porque el deporte no tiene la culpa».
No solo le habla a los padres, sino también al al cuerpo técnico en su totalidad; propone trabajar en conjunto para coincidir en que «tanto el club como la escuela son entes educativos muy importantes para la formación de los niños».
Para promover la prevención de la violencia y la resolución pacífica de conflictos, «lo correcto sería que los dirigentes hablen con los padres para que contribuyan a que el partido sea una fiesta. No deben olvidarse que las escuelitas de futbol están para ayudar y contener a sus hijos», aseguró.