La realidad superó un guión de película ideado por el escritor Mario Puzo. Un monasterio, millones de dólares empaquetados, esoterismo, joyas y un fusil automático. El combo que resultó en la detención del exsecretario de Obras Públicas, José López, fue un ejemplo de surrealismo: antes de ser aprehendido por efectivos de la Policía Bonaerense en General Rodríguez, el actual diputado del Parlasur arrojó varios bultos con dinero al interior del convento y luego intentó trepar una tapia, munido de una carabina calibre 22. En el baúl de su camioneta hallaron una valija con más dinero. Sorprendido infraganti -según las autoridades bonaerenses- intentó sobornar a los policías que lo interceptaron y les ofreció a las monjas una curiosa explicación por su accionar. Dijo que quería donar ese dinero al Monasterio de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora de Fátima. Era de madrugada.
Hasta donde se pudo contar, había más de u$s 8,5 millones. Los billetes que fueron recontados en la sede del Banco Provincia estaban húmedos, por lo que debió interrumpirse el procedimiento para que las máquinas contadoras no se trabasen. Pasadas las 18, el ex N°2 del Ministro de Planificación, Julio De Vido, fue trasladado desde la Comisaría 1ra de General Rodríguez, esposado por la espalda, con chaleco antibalas y casco a la Departamental de Moreno, para ser indagado por la Unidad Funcional de Instrucción 10, a cargo de Alejandra Rodríguez, debido a la posesión del arma y el posible encubrimiento. Los insultos arreciaron su salida. Quedó preso. El juez Daniel Rafecas, quien ya instruía desde 2008 una causa en su contra por enriquecimiento ilícito, solicitó que a primera hora de mañana declare como imputado en los tribunales federales de Comodoro Py. Pidió al Juzgado de Garantías N° 2 de Moreno que se disponga la «anotación conjunta» de López, que quedó complicado también por ese delito. Su compromiso también es en ese fuero. Anoche continuaban los operativos de rastreo de dinero en el predio donde se erige el intrigante convento (ver nota aparte) con la intervención de perros entrenados por la AFIP.
En su última declaración jurada como funcionario, López -quien asumió el 25 de mayo de 2003, permaneció durante todo el kirchnerismo en funciones y recién se retiró el 10 de diciembre pasado- había informado que no poseía ahorros en dólares. Sí había declarado un vehículo Chevrolet Meriva patente FEI 444 color gris, radicado en Río Gallegos. En ese auto se desplazó hasta la calle Mansilla, entre Batallón Norte y Comandante González, de esa localidad del oeste del conurbano. Según la información oficial destacada por el Ministro de Seguridad de Buenos Aires, Cristian Ritondo, eran las 3.50 de la mañana cuando un vecino advirtió movimientos extraños y llamó al 911. Solo tres minutos después se informó la llegada del primer patrullero, luego de que López estuviera en la tarea de arrojar a través de una medianera seis bolsos que, en su interior, contenían unos 160 bultos con dinero. El botín fue una canasta de monedas: 108 de esos «bultos» eran dólares (algunos divididos en fajos artesanales, pero termo sellados sin insignia bancaria), pero también los había de euros, yenes y hasta moneda de Qatar. Además de seis relojes de alto valor, dos de marca Rolex, dos Omega, un Hamilton y un Tommy Hilfiger, con sus respectivos estuches. Prolijidad.
La bizarra situación que solo abona la hipótesis de actos ligados con la corrupción se completó con la posesión por parte de López de un arma de guerra. El exfuncionario y actual legislador del Parlasur por Tucumán llevaba consigo una carabina marca Sig Saguer calibre 22, con el cargador con 25 cartuchos. Este fue el moti-
vo inicial de su apresamiento. Al momento de ser sorprendido, López estaba parado arrojando bultos para adentro del monasterio y cuando llegó la Policía se metió en el convento y «le dijo a los oficiales de la Bonaerense que lo querían robar», indicó Ritondo. Después llegaría la supuesta oferta de soborno. A las monjas les dio una versión distinta, según declararon a los medios sobre su visita un día antes. «Nos decía ‘yo robé dinero para venir a ayudar acá…», afirmó una de ellas que habría vociferado el exfuncionario de 55 años. Aseguraron que el extodopoderoso cajero de la obra pública visitaba a las monjas una vez por año para «tomar el té. Arrinconado, no se resistió al arresto. La perplejidad se adueño de todo el espectro político cercano al Frente para la Victoria. Otra versión indicó que López podría haber sido advertido ex profeso de un eventual allanamiento, con lo que luego se le practicaron tareas de seguimiento para evaluar sus movimientos.
Una de sus últimos actos públicos como funcionario, lo encontró el 5 de octubre de 2015 en una video conferencia con Cristina de Kirchner con quien se congració con una de los leit motives del kirchnerismo: «No fue magia». El actual ministro de Educación, Esteban Bullrich consideró: «Acá no hubo magia, hubo curro». En tres causas se lo investigaban por diferentes delitos. Su declaración será ahora clave.
Fuente: Ambito.com