Este 11 de abril celebramos el 194° aniversario de la fundación de la ciudad de Bahía Blanca. Para recordar la fecha hablamos con César Puliafito, historiador local, y repasamos algunos datos no siempre conocidos por todo el mundo en un día tan significativo.
Sobre la fundación del Fuerte Argentino, precedente directo de la ciudad, Puliafito explicó que «fue estratégico, en medio de una guerra con Brasil. Estomba ya había manejado unidades militares grandes, con su logística. Era un experto para una misión sumamente difícil, terrestre y naval».
El fundador Ramón Estomba, como marcó el historiador, se apoyó en los arquitectos Parchappe y Manuel de Molina para elegir el lugar de emplazamiento del Fuerte: «Parchappe fue el cerebro operacional de la fundación. En 1824 había fracasado una expedición a Bahía, y se anotaron los errores cometidos. Manuel de Molina era quien iba a venir, pero como se enfermó, Estomba contacto a Parchappe, un arquitecto militar. Él tenía que determinar el lugar donde se iba a establecer El Fuerte y el puerto» explicó.
Luego, Puliafito enumeró algunos de los hitos consecuentes en la historia de la ciudad. En primer lugar, «en 1833 llegó Darwin con Fitz Roy a escanear la bahía. Entendían que este era el puerto más importante de la Argentina». Luego, ese mismo año, «Juan Manuel de Rosas declaró la soberanía de todos los territorios del sur argentino acá en el Parque de Mayo. La famosa declaración del Napostá».
Más adelante en el tiempo, el historiador destacó que ya entrado el año 1853 «la Legión Italiana llegó con Caronti, donde la fortaleza empezó a cambiar para funcionar como comunidad, como Municipio. Se empezó a desarrollar una ciudad con un perfil culto, se inició la revolución verde y se emplazó la Biblioteca Rivadavia, nuestra bandera e icono de la cultura bahiense».
Por último, se reconoció la importancia de nuestro puerto como motor del desarrollo de la Bahía Blanca de inicio de siglo XX. Puliafito marcó que «el Puerto hace que llegue el ferrocarril con el plan de desarrollo ferroportuario de los ingleses. Eso se convirtió en algo extraordinario, empieza a modernizarse la ciudad».
Rápidamente Bahía Blanca se convierte en una ciudad de avanzada en el interior argentino: «Hay un desarrollo agrícola enorme. Empezamos a tener agua corriente, algo muy difícil de conseguir en 1884. Enseguida llegó el gas, la luz. Todo efecto del derrame de las tecnologías del puerto. Era una ciudad moderna, mucho más que otras del país. Sin dudas estaba a la cabeza del progreso argentino. Además de esas tecnologías llegaron muchos inmigrantes con metodologías, posturas políticas y nuevas luchas sociales» concluyó el historiador.