Juan Carlos Schmid nos recibe en la sede del sindicato de Dragado y Balizamiento en Barracas. Su oficina está plagada de libros de la historia del movimiento obrero y fotos y adornos propios de la liturgia peronista. Evita, Perón y decenas de revistas de la FEMPYNRA, federación portuaria que conduce junto con la CATT.
-¿Cómo analiza el nuevo escenario a la luz de los últimos años del gobierno anterior y los primeros meses de este?
-En los dos últimos años del gobierno de Cristina Fernández, hubo un fuerte desmanejo que llevó a un deterioro en materia económica que fue corregido con una política de shock. Ahora hay un agravamiento de la situación social. Esto ha causando un profundo malestar. Nosotros como CGT le hemos señalado muy crudamente al presidente que está actuando sobre un país desigual y que las medidas que tome van a afectar a los sectores más vulnerables.
-¿Por qué el gobierno se llevó el veto tan de arriba? Hubo más de 200 mil despidos. ¿Porqué no hubo una respuesta?
-La situación de los despidos no es nueva. Es cierto que se ha agravado pero el deterioro venía de antes por eso el Estado se convirtió en el primer empleador. La reacción del sindicalismo argentino ha sido la de un alerta temprano si lo comparamos con el resto de la región. En Brasil hubo un golpe blando y no ha habido reacción de las centrales obreras. Acá a 5 meses hubo una importante movilización. El documento que yo leí no hablaba de medidas de fuerza. Las dos CGT explicaron que si se profundizaba la situación habría una reacción más concreta.
-Pero luego se profundizó….
-No descarto la formulación de un paro. Pero el paro forma parte de una batería que puede llevar adelante el sindicalismo argentino. La situación que enfrentamos no se resuelve con un paro y nada más. El objetivo es tener incidencia política en el curso de los acontecimientos.
-¿La unificación de la CGT apunta a agrupar fuerzas para enfrentar al gobierno o a normalizar esa relación a través de un mando único?
-La posición de la CGT no se puede mover mucho del documento que ya expresamos frente a miles de trabajadores. En el confederal, cuando me toco intervenir, dije que esa era la guía sobre la base del cual había que construir un programa más incisivo de los trabajadores.
-Hay versiones que lo señalan como el hombre para encabezar la CGT reunificada…
-Es una construcción que ha hecho la investigación periodística. En las reuniones previas no se habló de nombres ni se formuló cual sería la estructura de mando. Tampoco si era un triunvirato o, como dice el estatuto, uno solo. La tradición en el sindicalismo peronista señala que esto se resuelve en el último tramo.
-¿Eso no pone en riesgo el proceso de reunificación?
-No. Acelerarlo y forzar la situación lo pondría en riesgo. Hay que ir quemando las etapas y reunir la mejor síntesis.
-El triunvirato fue la antesala de la fractura. ¿Es posible que sea instrumento de reunificación?
-Que en otro momento no haya dado los resultados esperados no quiere decir que ahora vaya a tener la misma suerte. Hay que madurar el trabajo para derribar los prejuicios y las desconfianzas.
-¿Qué valoración hace del proyecto de ley ómnibus? El gobierno ha retomado la iniciativa y más de un diputado opositor acompañaría…
-Demuestra que el escenario se mueve. Es un nuevo episodio. Hasta el 29 hubo todas medidas de carácter estructural para ajustar y favorecer a determinados grupos económicos. Luego empiezan a aparecer otras medidas que van en otra dirección. Nadie puede estar en contra de que se repare la situación de los jubilados aunque hay que mirar la situación del sistema.
-¿A costa de las medidas que acompañan eso?
-Que se favorezca a los que no pagaron impuestos nunca nos parece una cachetada. Hay que crear una nueva ciudadanía fiscal. No tiene que ver con la seguridad social sino con un sistema tributario cuya matriz es hija de la dictadura y ningún gobierno democrático se atrevió a modificar.
-¿Y con las jubilaciones? Esto no resuelve el 82% móvil.
No claro, y nosotros no vamos a bajar esa bandera. Habría que ponerlo en el centro del debate para ver si el sistema es sustentable. Además no nos olvidemos que fue vetado por el gobierno anterior.
-¿Pero saludan una reparación que no respeta la intangibilidad de los depósitos de Anses?
-Es un riesgo. En la última reunión de consejo directivo lo pusimos en evidencia.
-¿Se ve conduciendo el movimiento obrero argentino?
-En el peronismo todos llevamos el bastón de mando en la mochila. Yo también. Si lo decide el congreso, lo haré. «
«La decisión de la Corte fue salomónica»
–¿Cómo interpreta el fallo de la Corte?
–Se inscribe en el ataque mundial contra el derecho a huelga. La Corte ha tomado una decisión salomónica. Dio mayor ingerencia a los sindicatos con personería y, a los que tienen la simple inscripción, les ha reconocido un arma importante.
–Pero ya la tenían…
–Pero no explicitada. Cualquier derecho es resultado de la acción colectiva. Si no hay huelga, no hay derecho. Un derecho individual de carácter colectivo.
–¿No favorece a las conducciones actuales? La oposición se construye desde las comisiones internas, los delegados de base y las medidas de fuerza…
–Sí, pero también se construye desde la capacidad que tenga una agrupación de ganar colectivamente una conciencia.
–Pero esa conciencia se logra en la lucha….
–No es un apuntalamiento de las conducciones. La mejor ley fracasa cuando la disputa entre el trabajo y el capital está desbalanceada. Si tenés muchos argumentos pero la relación de fuerza es negativa, lo único que tenés garantizada es la derrota.
Fuente: tiempoar.com.ar