Un día de como hoy del 2015 millones de mujeres, diversidades y personas de todo el país se movilizaron bajo una consigna en común: frenar a la violencia femicida, exigir a las autoridades políticas públicas y generar conciencia en la sociedad para detener este flagelo. En diálogo con Radio Urbana, la periodista Claudia Acuña indicó: «El Ni Una Menos surgió de escuchar lo que pasaba en la calle y la necesidad social. A raíz de esto buscamos instalar el tema en la agenda pública».
La marcha fue convocada en aquel entonces por el Colectivo Ni una menos que hoy, en contexto de pandemia y ante la imposibilidad de realizar una manifestación masiva, impulsa a hacer carteles y pegarlos en puertas y ventanas para que se lea la consigna a lo largo y a lo ancho de Argentina.
«Tenemos que reflexionar sobre las protagonistas que hoy son las personas que sufren violencia en lugares periféricos de la capital».
Acuña subrayó que actualmente la síntesis es que, «no queremos más este poder judicial porque no queremos mas femicidios. El problema está en el poder judicial y la policía que no trabaja para esclarecer y prevenir, ni la justicia investiga».
Las últimas cifras oficiales sobre femicidios, difundidas el fin de semana por la Oficina de la Mujer de la Corte, revelan que el año pasado hubo 251 víctimas, es decir, hubo al menos 251 hombres que mataron mujeres y trans travestis.
El Registro Nacional de Femicidios fue uno de los reclamos escuchados en la Plaza del Congreso el 3 de junio del 2015, inicio del Ni Una Menos, y uno de los primeros en concretarse en política pública.
La violencia de género un problema estructural complejo: responde a la discriminación histórica de las mujeres y otras identidades feminizadas en la sociedad. Es evidente que se requiere de un mayor esfuerzo de quienes pueden intervenir, con abordajes integrales, con mayor presupuesto para las áreas involucradas en los municipios, con el fortalecimiento de las redes territoriales donde referentas barriales puedan detectar tempranamente los casos y acompañen a las víctimas: apenas el 14 por ciento de las víctimas de femicidio de 2020 habían hechos denuncias, de acuerdo con los datos de la Corte Suprema publicados el último fin de semana, y de ellas, solo el 5 por ciento contaba con medidas de protección. Es decir, la mayoría no llega a pedir ayuda. Y las que lo hacen, reciben respuestas deficientes de la Justicia.
Hay toda una sociedad que necesita empezar a trabajar por el fin de la violencia desde el primer al ultimo eslabón. «Hay una necesidad social urgente y falta mucho trabajo cotidiano», subrayó Claudia Acuña y habló sobre la importancia de un Estado presente: «Tienen que escuchar a las victimas, las periodistas no podemos convertirnos en interlocutoras de esas familias «.
«Debemos hacer escuchar esas voces, marcar el foco de problema».