La Doctora en Ciencias Químicas e Investigadora Conicet-Bahía Blanca, Mariana Puntel dialogó con Radio Urbana acerca de cual es la respuesta de los anticuerpos y del sistema inmunológico a las vacunas contra COVID-19, y qué eficacia tiene los test de anticuerpos para medir esa respuesta.
«El sistema inmune reconoce a la secuencia de a ocho a 20 aminoácidos. Un anticuerpo es capaz de reconocer esa cantidad y, a ese nivel es a lo que estamos entrenando a nuestro organismo para generar los anticuerpos. Los generan los linfocitos B, y a estos linfocitos los ayudan los linfocitos T, que son ayudadores y también citotóxicos. Todas estas células se activan en nuestro sistema inmune cuando somos vacunados».
Cuando un organismo toma contacto con un virus el primer mecanismo que se activa es la inmunidad innata, que tiene que ver con un entrenamiento del sistema inmunológico que todos tenemos y ataca a todo elemento extraño. Esta es la respuesta de los neutrófilos, células asesinas naturales (NK), monocitos, macrófagos, y fundamentalmente la producción de un mediador llamado interferón-alfa.
Esta es una inflamación moderada y tiene como función, por un lado, ser la primera línea de defensa -que a veces es suficiente cuando la carga viral es baja- y, por el otro, estimular la respuesta adaptativa o específica.
Puntel, explicó que «los efectos colaterales no son específicos. La respuesta inmune tiene una primera fase inespecífica, dominada por elementos inflamatorios y luego la respuesta inmune especifica es la que se desata con estas células que nombramos. La primera fase es la que genera el dolor de hombro o alguna febrícula».
«El segundo componente trata de aumentar la población de células inmunes. Significa un refuerzo a corto plazo, que se alargue ese palazo no es tan dañino como que no haya dosis».
Así mismo, indicó que el segundo componente trata de aumentar la población de células inmunes que se han seleccionado con la primera inmunización. «Significa un refuerzo a corto plazo, que se alargue ese plazo no es tan dañino como que no haya dosis. Por supuesto que los esquemas son ideales, pero en una emergencia sanitaria si podemos tener una dosis mejor».
En esta misma línea, subrayó la eficacia de las vacunas: «Se ha comprobado con la vacuna de Astrazeneca y la SputnikV que los individuos con una dosis aplicada están muy bien inmunizados».
La función de los anticuerpos es neutralizar el virus cuando está afuera de la célula y la función del linfocito T es matar a la célula que tiene el virus adentro. Para controlar una infección necesitas de ambos mecanismos porque se complementan.
En cuanto a esto, la doctora en Ciencias Químicas, Mariana Puntel sostuvo que los test de de anticuerpos no son necesarios después de vacunarse. «A ese nivel también son muy heterogéneos, y tal vez la generación de anticuerpos no es tan abundante al día de la medición lo cual no quiere decir que, al día siguiente si la tengas y tampoco quiere decir que no tengas los otros elementos como los linfocitos. No necesariamente los anticuerpos son los que producen la respuesta inmune».
«Hay que hacer una cantidad de estudios complementarios para saber si una persona esta inmunizada en profundidad o no».
Antes de finalizar, remarcó: «Ya tenemos un año de aprendizaje de cuidados personales, lavado de manos, ventilación, uso de barbijo sigamos utilizando esas herramientas estemos vacunados o no».