El sociólogo e investigador del Conicet Daniel Feierstein afirmó con convicción científica que el hartazgo de la sociedad por cuarentenas y restricciones es “una construcción mediática” y que las actuales políticas sanitarias sufren “el bombardeo de los medios”.
«Hay un conjunto de sentimientos que nos recorren y son naturales y, están vinculados a lo que genera la crisis en nosotros. Eso es modulado con lo que nos cuentan sobre lo que pasa. Toda la disrupción que ha implicado la pandemia genera en muchos de nosotros un nivel de cansancio, es lógico porque cualquier crisis genera cansancio. Pero calificar esto de hartazgo es adjetivar y suponer que ese agotamiento está direccionado a ese lado. Finalmente no nos dan herramientas para hacer nada con eso», profundizó.
El sociólogo Daniel Feierstein, integrante de la Unidad Covid del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, responsabilizó a los medios de comunicación por el hartazgo de la gente contra las restricciones.
«Hay una cuestión muy porteño céntrica en la cobertura mediática de la pandemia».
Sobre esto, el sociólogo explicó: «Fracasó la solidaridad, el clima de cooperación que tuvimos en marzo y abril de 2020. En abril teníamos la situación controlada en todo el territorio nacional, con excepción de dos focos, Río Negro y Chaco, y el AMBA. Una situación parecida a ese comienzo en China donde lo que hicieron fue aislar Wuhan y con eso se terminó. En vez de aislar Buenos Aires, se liberalizó y se logró que (el virus) irradiara a todo el país». Y que, «uno se olvida de ese inicio tan auspicioso en función de la situación que se fue construyendo después y de esta idea tan errada de convivir con el virus. Otros dos presupuestos errados que nos llevaron a la situación actual fueron que era inevitable el contagio y que había que aplanar la curva en vez de apostar por la supresión (del virus)», remarcó.
Al hablar de las restricciones aplicadas por el Gobierno, dijo
«A partir de julio comenzó con un discurso mas errático, con dificultad de plantear una planificación clara de los tiempos y esto ha desestabilizado bastante».
¿Qué debería suceder en una sociedad para poner freno a la naturalización?
«La capacidad de naturalización del ser humano es infinita. Eso es lo que aprendí del análisis de los procesos genocidas y las guerras. Tenés gente tomando un café, que sigue viviendo su vida, mientras en la calle caen bombas… o incluso vuela el café. No hay límite. Lo tenemos que poner nosotros. No veo ni por parte de la respuesta social ni en las acciones gubernamentales que esté la voluntad de ponerlo».
«Podemos tratar de que el sufrimiento nos lleve a preguntarnos qué de lo que hicimos estuvo mal, qué cosas podríamos haber hecho mejor como sociedad».
Por otra parte, calificó a la vacunación como el único elemento positivo en un cuadro horrible.